‘Versos veganos’, entre el aforismo y la greguería en recuerdo de Antonio Vega

La ‘Chica de ayer’, de Nacha Pop, es una de las canciones icónicas de la Movida. Es más, hay quien se atreve a afirmar que muchos de los que vivieron deprisa en los 80 la llevan “incrustada en el córtex cerebral”. Es el caso del fotógrafo y profesor de la Escuela de Arte, Antonio J. García, Ché, quien un buen día de resaca se levantó, abrió la nevera y al darse cuenta de que solo le quedaba “la pizza de ayer”, tuvo la ocurrencia de iniciar un juego: escribir pequeños textos entre el aforismo y la greguería tomando como referencia uno de los temas más emblemáticos del gran Antonio Vega.

La carpa de actividades de la Feria del Libro de Almería acoge hoy viernes 30 de abril, a las 19 horas, la presentación de ‘Versos veganos’. Una publicación con formato CD que recoge las invenciones que García ideó durante 40 días de la primera etapa del confinamiento domiciliario para mantenerse entretenido. “En el fondo Antonio Vega es la excusa, estos aforismos representan una forma de ver la vida donde la ironía ocupa un lugar destacado”, afirma.  

Se trata de un artefacto a caballo entre la literatura y la música que se presta a la relectura y que no está exento de un componente lúdico, ya que invita a encender la mecha de la creación de nuevas frases y “eso es divertidísimo”.

La obra “es un canto al espíritu de la época y a la amistad”. De ahí que en ella el artista se haya rodeado de viejos amigos como Antonio J. Morata (Elmo), quien firma unas ilustraciones con apariencia de haber sido creadas a vuelapluma que no hacen sino redondear el aspecto desenfadado que recorre toda el proyecto. Firma el prólogo el músico y productor de Canal Sur Carmelo Villar, “personaje significativo de la Movida”, y el diseño José M. Parra, “cómplice de aventuras y el otro descerebrado”, apunta Ché entre risas.

Porque ‘Versos veganos’ supone el primer ‘hijo’ del recién creado sello editorial Producciones Descerebradas, la nueva aventura de Antonio J. García y José M. Parra. “El nombre es ya una declaración de intenciones: de la ironía y la incorrección política que van a caracterizar lo que hagamos”, señala el fotógrafo.