Marta Rodríguez
21:26 • 16 ene. 2012
Los cumpleaños suelen ser veladas llenas de sorpresas. Y la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL) celebró anoche el fin de fiestas de su décimo aniversario con un concierto en el Auditorio Maestro Padilla en el que más allá de condensar toda su trayectoria realizó una auténtica declaración de intenciones sobre el futuro prometedor que le espera.
Ante un patio de butacas lleno hasta la bandera, y arropada por el Ayuntamiento de la capital, su alcalde Luis Rogelio Rodríguez-Comendador a la cabeza, e instituciones de la cultura almeriense como el cantante David Bisbal y la compañía Axioma Teatro, la formación ofreció un programa que bebió de sus orígenes con piezas como la Sinfonía nº 29 de Mozart, interpretada anoche por seis de los músicos que aún quedan de aquella orquesta creada en octubre de 2001 por un grupo de valientes.
El actor Jesús Herrera ejerció como maestro de ceremonias. Se puso en la piel de un director de orquesta cuyo discurso era continuamente interrumpido por frases lapidarias de genios como Platón, Óscar Wilde y Beethoven o dichos populares, no por ello menos solemnes, del tipo: “La única manera de que un músico gane dinero es vendiendo sus instrumentos”.
Thomas coge la batuta
En la parte superior izquierda del escenario, un dedo de grandes dimensiones iba marcando las distintas fechas de los diez años de historia de la OCAL. Al llegar a 2005, Michael Thomas se levantó de la primera fila y tomó la batuta ante el aplauso unánime del público.
El popurrí de Bisbal
El célebre ‘Canon’ del compositor Johann Pachelbel, ‘Danza española’ de Falla y las ‘Danzas Polovtsianas’ de Aleksandr Borodín fueron interpretadas a medida que iba avanzando la velada y entremezcladas con situaciones tan cómicas como la que protagonizó David Bisbal cuando el presentador le enfocó con una luz incómoda y le preguntó si sabía cantar. “Le aseguro que no tendrá futuro en el mundo de la música”, le espetó. Y la concurrencia explotó en una carcajada. La OCAL interpretó asimismo un popurrí de temas conocidos del almeriense, entre otros ‘Dígale’ y ‘Ave María’, para disfrute del público y del propio artista.
Cuando el marcador llegó al 2007, el Coro de la Orquesta Ciudad de Almería, y su director Román Barceló, dieron cuenta de su buen trabajo. También sorprendieron en el descanso del recital con un fragmento de ‘La Traviata’, de Verdi. Y una voz emergió de uno de los palcos del Auditorio al final.
Personalidades de la talla del violista Ara Malikian, el tenor Plácido Domingo y el cantautor Joan Manuel Serrat, que a lo largo de estos años han acompañado a la OCAL, hicieron llegar su felicitación.
‘La Danza del Sable’ de Aram Khachaturian, ‘Carmina Burana’ de Carl Off y ‘La Marcha Radetzky’ de Johann Strauss pusieron la guinda a un pastel enorme que supuso el gran fin de fiesta y que llegó custodiado por los niños que representan el futuro de la música de Almería. “Nos vemos dentro de otros diez años”, exclamó un Michael Thomas emocionado a modo de despedida.
Ante un patio de butacas lleno hasta la bandera, y arropada por el Ayuntamiento de la capital, su alcalde Luis Rogelio Rodríguez-Comendador a la cabeza, e instituciones de la cultura almeriense como el cantante David Bisbal y la compañía Axioma Teatro, la formación ofreció un programa que bebió de sus orígenes con piezas como la Sinfonía nº 29 de Mozart, interpretada anoche por seis de los músicos que aún quedan de aquella orquesta creada en octubre de 2001 por un grupo de valientes.
El actor Jesús Herrera ejerció como maestro de ceremonias. Se puso en la piel de un director de orquesta cuyo discurso era continuamente interrumpido por frases lapidarias de genios como Platón, Óscar Wilde y Beethoven o dichos populares, no por ello menos solemnes, del tipo: “La única manera de que un músico gane dinero es vendiendo sus instrumentos”.
Thomas coge la batuta
En la parte superior izquierda del escenario, un dedo de grandes dimensiones iba marcando las distintas fechas de los diez años de historia de la OCAL. Al llegar a 2005, Michael Thomas se levantó de la primera fila y tomó la batuta ante el aplauso unánime del público.
El popurrí de Bisbal
El célebre ‘Canon’ del compositor Johann Pachelbel, ‘Danza española’ de Falla y las ‘Danzas Polovtsianas’ de Aleksandr Borodín fueron interpretadas a medida que iba avanzando la velada y entremezcladas con situaciones tan cómicas como la que protagonizó David Bisbal cuando el presentador le enfocó con una luz incómoda y le preguntó si sabía cantar. “Le aseguro que no tendrá futuro en el mundo de la música”, le espetó. Y la concurrencia explotó en una carcajada. La OCAL interpretó asimismo un popurrí de temas conocidos del almeriense, entre otros ‘Dígale’ y ‘Ave María’, para disfrute del público y del propio artista.
Cuando el marcador llegó al 2007, el Coro de la Orquesta Ciudad de Almería, y su director Román Barceló, dieron cuenta de su buen trabajo. También sorprendieron en el descanso del recital con un fragmento de ‘La Traviata’, de Verdi. Y una voz emergió de uno de los palcos del Auditorio al final.
Personalidades de la talla del violista Ara Malikian, el tenor Plácido Domingo y el cantautor Joan Manuel Serrat, que a lo largo de estos años han acompañado a la OCAL, hicieron llegar su felicitación.
‘La Danza del Sable’ de Aram Khachaturian, ‘Carmina Burana’ de Carl Off y ‘La Marcha Radetzky’ de Johann Strauss pusieron la guinda a un pastel enorme que supuso el gran fin de fiesta y que llegó custodiado por los niños que representan el futuro de la música de Almería. “Nos vemos dentro de otros diez años”, exclamó un Michael Thomas emocionado a modo de despedida.
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