Homenaje a Rafael Zurita Jiménez, un sacerdote ejemplar

El salón san Juan Pablo II de la Casa Sacerdotal de Almería acogió, en la tarde del pasado miércoles 29 de septiembre, un entrañable homenaje al que fuera Rector del Santuario Diocesano del Saliente durante casi veinte años: el presbítero alhameño Rafael Zurita Jiménez. Memoria que ha quedado consignada en una reciente publicación conmemorativa. 

Libro prologado por el Obispo

Desde que el pasado 30 de junio de 2020 falleciera Rafael Zurita Jiménez, no han faltado las acciones encaminadas a preservar su feliz memoria. La de mayor envergadura ha sido la publicación, por parte del Santuario Diocesano del Saliente, de un cuidado libro conmemorativo. El libro, que se titula 'Rafael Zurita Jiménez. In memoriam', rezuma cariño a lo largo de sus casi doscientas páginas; así como un interesante anexo documental y una inédita colección de treinta y nueve fotografías. 

Los autores de los treinta y dos textos que configuran esta miscelánea son dos canónigos de la Catedral, seis sacerdotes diocesanos, once voluntarios del Santuario Diocesano del Saliente, dos miembros de la familia Zurita, cinco socios de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario, el Alcalde de Alhama de Almería, tres antiguos feligreses y hasta el humilde sacristán albojense. 

El elogioso prólogo, redactado por el Obispo don Adolfo González Montes, define a don Rafael como "amante de la simplicidad y de la pobreza moderada en el estilo de vida que debe llevar un pastor. A ello acumulaba la dimensión social en el modelo de entender el enraizamiento en la sociedad del ministerio sacerdotal, sin por eso renunciar a la preocupación por la necesaria formación y el aprecio del patrimonio cultural de la Iglesia".

Presentación a cargo de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario

La Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario escogió la tarde del veintinueve de septiembre, precisamente por ser la fiesta litúrgica del arcángel san Rafael, para presentar el libro conmemorativo en la ciudad de Almería y rendir tributo a la memoria de este presbítero. El presidente de la Asociación Antiguos Alumnos del Seminario, Antonio Blanco, presidió el acto que contó con la asistencia del regidor albojense, Francisco Torrecillas Sánchez y otras autoridades albojenses. 

En el estrado, junto al crucifijo modernista que preside todas las sesiones, un gran retrato mostraba la mirada diáfana – envuelta en la tela negra de la sotana – de un solemne don Rafael sobre la fachada del Seminario que fundara el Obispo Alfonso Ródenas García en 1951. También estaba presente, como no podía ser de otra forma, el recién nombrado Rector del mismo: Ramón Carlos Rodríguez García. Entre los asistentes, además de los emocionados familiares, no faltaban varios alzacuellos y gentes provenientes de los diversos pueblos por los que ejerció su ministerio pastoral el finado. 

"No se trata de entender, sino de querer"

A la indicación del canónigo Francisco Salazar Zamora, que ejerció de maestro de ceremonias, fueron interviniendo cada uno de las seis personas que configuraron el plantel de la puesta de largo del libro. El secretario del Santuario Diocesano del Saliente, Juan Navarrete Ortega, trazó la génesis y el ulterior desarrollo del proyecto conmemorativo. 

El actual Rector, Antonio Jesús María Saldaña Martínez, citó al filósofo existencialista Sartre cuando afirmaba que: "morir es ser víctima de los otros" y, por esta razón, precisó que "no se trata aquí de entender a la persona o a su obra, ni de diseccionar a don Rafael; el objetivo es querer y dar testimonio del amor que le profesamos". En esta misma línea versó la intervención de José Jesús Martínez Zurita, sobrino de homenajeado y en cuyo hogar vivió la última fase de su enfermedad.  

El Catedrático de Psicología y Educación Evolutiva, Francisco Miras Martínez, se adueñó con brillantez de la palabra para defender la autenticidad del sacerdocio vivido por el homenajeado. Según él, tres gestos evangélicos explican la admiración de sus feligreses: la unción litúrgica, la pobreza evangélica y la peculiaridad de su ingenio. Al final, algunos espontáneos exigieron el uso del micrófono para compartir sabrosas anécdotas o manifestar su afecto hacia este sacerdote ejemplar.