Olula del Río

El Museo Ibáñez exhibe por primera vez toda su colección de arte español

Hasta ahora más de un 40% de la obra permanecía en los almacenes por falta de espacio

Imagen de una de las salas de exposición del Museo Ibañez.
Imagen de una de las salas de exposición del Museo Ibañez. La Voz
La Voz
13:22 • 23 feb. 2022

El Museo Ibáñez expone íntegramente, por primera vez, su vasta colección de arte español moderno y contemporáneo. La apertura del nuevo edificio junto al Centro Pérez Siquier, que exhibe en su totalidad la colección de fotografía española y la de arte almeriense, ha permitido liberar el espacio de varias salas en la planta superior del Museo Ibáñez, verdadera casa madre del conjunto cultural de Olula del Río. Ello ha motivado una reordenación completa de sus colecciones, expuestas ahora con una nueva museografía más clara y didáctica, con todos los textos explicativos en español e inglés.



Hasta la fecha, un 40% de la colección de arte español permanecía en los almacenes por falta de espacio, pero al marchar la colección de arte almeriense al nuevo edificio se han ganado cuatro grandes salas en el primitivo edificio del Museo Ibáñez. La colección completa, atesorada por Andrés García Ibáñez durante varias décadas, abarca más de dos siglos de creación artística, desde Goya hasta los nuevos realismos actuales. Considerada una de las más importantes de España en su género, incluye obras de los artífices más significativos de la gran tradición realista y figurativa española de los siglos XIX y XX, casi un centenar de autores. Se exponen, a lo largo de siete salas, doscientas cincuenta obras entre pinturas, esculturas y grabados, con un criterio cronológico que arranca a finales del siglo XVIII con Goya y acaba con Antonio López, los Realistas de Madrid y algunos representantes de las generaciones jóvenes de realistas españoles.



De Goya se exponen las colecciones completas de los Caprichos, Desastres y Disparates en ejemplares de primera edición, junto a varios grabados sueltos de La Tauromaquia y Los Prisioneros, así como el óleo sobre hojalata “Escena de la Guerra de la Independencia”, fechable hacia 1810-1812. El primer Romanticismo está representado por obras de autores tan significativos como Esquivel, Cabral Bejarano y Eugenio Lucas. Mención especial merecen las obras de los Madrazo, como máximos retratistas de su tiempo. En este sentido, destaca el “Retrato del I Conde de Fontao” de Federico de Madrazo, obra fechada en 1842, así como varios retratos más realizados por sus hijos Ricardo y Raimundo de Madrazo, de magistral raigambre velazqueña y depuradísima técnica.



Del Romanticismo realista destacan también obras de Eduardo Rosales, Palmaroli, Joaquín Espalter, Dionisio Fierros, Alejandro Ferrant y López Cabrera. Destaca, en este mismo contexto, el gran “Paisaje del Guadarrama” de Juan Espina y Capo, obra de una insólita modernidad compositiva, ejecutada con densa materia que evoca el paisajismo de Courbet.



Dentro del siglo XIX, la colección hace especial hincapié en la escuela valenciana, en la que todos sus grandes creadores están representados con obras muy significativas. De la generación anterior a Sorolla, hay que destacar a Muñoz Degrain con su recientemente descubierto paisaje “El becerro de oro”, Emilio Sala, Antonio Gomar, Francisco Miralles e Ignacio Pinazo. De este último se exhibe el magistral “Retrato del arquitecto Carmelo Lacal”, obra muy importante y representativa del autor, que lo coloca al mismo nivel de los máximos representantes del Naturalismo europeo.



De Sorolla se exhibe el gran lienzo “Retrato de la Condesa de Albox”, una de las piezas más importantes de la colección, ejecutada por el gran artista en 1905, momento de máxima madurez y reconocimiento en su carrera. Y de sus discípulos más directos se exponen obras de Mongrell, Pons Arnau y Benedito. Siguiendo con la nómina de autores que marcaron el cambio de siglo, hay que destacar el “Retrato de Monsieur Banchy” de Zuloaga y otras obras de Álvarez de Sotomayor y Eduardo Chicharro. En el apartado de escultura, hay que destacar obras de Venancio Vallmitjana, Mariano Benlliure , Agustín Querol y Mateo Inurria.



En el salto del XIX al XX, el Modernismo catalán está representado por varios de sus autores más importantes. Destaca un soberbio retrato infantil de Ramón Casas y otras obras de Laureano Barrau, Segundo Matilla y Luis Graner. De la importante escuela granadina de principios del XX se exponen obras de López Mezquita, Soria Aedo, Suárez Peregrín y el almeriense Pedro Antonio, con el cuadro “Granadina”, ejecutado en 1927 y muy significativo en su trayectoria. Dentro del Realismo simbolista de principios de siglo hay que destacar también una importante obra de Anselmo Miguel Nieto.

De las vanguardias figurativas históricas se exponen obras de Fernández Balbuena, Joaquín Sunyer, Benjamín Palencia, José Pinazo, Marisa Pinazo, Pere Pruna, Ginés Parra, Palmeiro, José de Togores, Balbino Giner y José María Mallol. De las figuraciones de la segunda mitad del siglo XX pueden contemplarse importantes obras de autores tan relevantes como Agustín Redondela, Álvaro Delgado y Alfonso Fraile.



La colección se cierra con un nutrido número de obras del manchego Antonio López, máxima figura del realismo contemporáneo español, entre pinturas y esculturas. De su grupo de los Realistas de Madrid se exhiben obras de Amalia Ávia, Joaquín Ramo, Enrique Gran y Francisco López. Como colofón, varias obras de realistas más jóvenes, como Golucho, Matías Quetglas, Luis Paltré, Ignacio Estudillo y Eduardo Millán.


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