Nacida en El Ejido, donde tiene taller y estudio, Lola Berenguer es una de las artistas mas interesantes del panorama actual almeriense, en el que destacan un grupo de pintoras con personalidad y mucho talento. Desde el pasado 3 de marzo pueden ver en el Campus de la Merced, de la Universidad de Murcia, ‘El motivo y su afán’, su última exposición.
Ya en el año 2020, en plena pandemia, consiguió con uno de sus cuadros, Leyes, art. 14, el XX premio de pintura de dicha Universidad. La obra de Lola Berenguer, vinculada a la abstracción geométrica, ha sido premiada en numerosos concursos. Recuerdo ahora el prestigioso Focus Abengoa del año 2015, en aquella ocasión con un jurado compuesto por Pérez Villalta, Juan F. Lacomba y Jaime Brihuega. Todos estos premios han sido para la ejidense un gran revulsivo, en tiempos difíciles.
Vivir de la pintura Sabemos que la pintura no pasa por un buen momento. Nuevos modos de expresión junto a un viejo coleccionismo sin relevo generacional, agravado por la ultima crisis económica y la pandemia, han provocado el cierre de muchas galerías de arte. Vivir de la pintura es asunto casi imposible. Ante tanta incertidumbre, Lola Berenguer encontró en los certámenes de pintura una salida digna que le ha permitido seguir pintando mientras esperaba tiempos mejores. Gracias a ellos su obra se ha difundido mas allá de los límites de la provincia y ha recibido elogios de críticos y artistas. Por ejemplo, Juan Manuel Bonet destaca de su obra la levedad, “levedad como antídoto contra lo envarado y lo pesado y lo retórico y lo pretencioso y lo grandilocuente”. Levedad, sí, pero también concisión y claridad. Una obra que surge de la reflexión y se manifiesta a partir del punto y la línea. Desde un proceso racional o intuitivo, difícil siempre de discernir, la artista indaga en las relaciones que se establecen entre esos elementos, en un espacio infinito como el lienzo, otra página en blanco, que acoge las apariciones, la epifanía de las formas. Si como decía José Ángel Valente: “toda creación es nostalgia del acto creador inicial. Toda escritura asiste al nacimiento de la letras”, de igual modo la pintura convoca el punto, la línea, la circunferencia, los signos como génesis de la representación.
En su pintura, Lola Berenguer se aleja de las expresiones que abrazan el gesto, y la furia, como si el amor, la memoria, los sueños o el dolor, pudieran converger en medidas, formas, proporciones; en una geometría que gusta de lo concreto, y depurado, y cuanto más sobria y clara más directa y sincera. Rigor y precisión ayudan a construir una geometría por ella más humana aunque sea abstracta, y donde la elegancia no es pose. Aventura, donde las haya, imprevisible como el equilibrio de las formas en sus composiciones. Búsqueda de una ley, de ese algo que no sabemos, ni siquiera si existe, ni por supuesto dónde se encuentra, pero en el que creemos como si fuera una verdad, inestable, huidiza.
Para ella esa búsqueda implica además despojarse de lo superfluo, incluidas las veleidades conceptuales, las teorías. Lo ha dicho la artista: “ En mi pintura trato de cumplir con la aspiración de conseguir armonía entre los elementos, el color y la composición. El único mensaje que quiero transmitir es sensorial, no reivindico más que la defensa de los aspectos formales. Hacer de la obra un objeto”. Una declaración que se sustenta en una vida dedicada a la pintura, por suerte para nosotros. Deseamos, más que nunca, poder ver su obra en Almería.
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