Paula Puigmartí presenta en Picasso este miércoles ‘¿Qué piensa mi padre?’

Paula Puigmartí Esteva, escritora criada entre Almería y Barcelona, presenta ‘¿Qué piensa mi padre?’, su primera novela, en la Librería Picasso este miércoles 22 a las 19 horas. Estará acompañada por el escritor y arquitecto almeriense José Miguel Gómez Acosta, aquí también ejerciendo como prologuista y editor: el libro es el número 7 de la colección Contenidos Marginales del sello Márgenes Arquitectura.

“¿Qué piensa mi padre? Soy consciente de que quizás jamás lograré encontrar una respuesta. ¡Vaya pregunta! Seguro que hay hijas que saben perfectamente lo que piensan sus padres. Porque existen padres que dicen todo lo que piensan, o peor aún, dicen cosas que no piensan. Pero mi padre no es uno de esos. Él, la mayoría de veces, es silencio. Es una de las personas más reservadas que podáis imaginar. Me gusta ese aura de misterio que le rodea, aunque debo confesar que su seriedad y su silencio me han desquiciado en más de una ocasión. No tengo la menor idea de qué piensa mientras calla, y eso es, como mínimo, desconcertante”, escribe Paula Puigmartí (Barcelona, 1991), que estudió Historia del Arte en la Universidad de Granada y cursó un Máster de Estudios Comparativos de Literatura, Arte y Filosofía en la Universidad Pompeu Fabra. En la vecina ciudad nazarí tiene, además, una librería: Inusual. 

Del diario al cuento

'¿Qué piensa mi padre?’ transita en numerosos fragmentos entre el diario, la poesía, el collage de citas, los cuentos y los silencios. Silencios acogedores en los que rasgar el texto con nuestras propias notas, recoge la web de la editorial.

“¿Qué piensa mi padre? La pregunta es un camino. Lo hacemos al lado de la escritora, asomándonos a su ventana de recuerdos y emociones. También a los fragmentos de su lecturas, pensamientos, paisajes. Un libro en el que conviven el diario, la poesía y los cuentos. Un paseo que comienza buscando una respuesta para acabar deshaciéndose en silencios, en espacios en blanco. Una oportunidad para amueblar tales vacíos con la propia experiencia, completando la obra con nuestra íntima escucha. Ocupando discretamente algunos de esos lugares emocionales sin inquilinos”, dice por su parte Gómez Acosta.