Rodrigo Cortés “Mis recuerdos de Almería son abundantes y siempre felices, allí gané mi primer premio”,auto,auto,

Todas las historias tienen un inicio, y el de Rodrigo Cortés (Orense, 1973) está unido a la tierra del Indalo. En diciembre de 1998, su primer cortometraje, ‘Yul’, se proclamaba ganador del certamen ‘Almería, tierra de cine’. El premio significó mucho más que un galardón: fue el primero de su trayectoria, algo que no ha olvidado el cineasta de origen gallego y adopción salmantina. Así comenzó la carrera de quien hoy estrena en Sundance y llena las salas con su tercer largometraje, ‘Luces rojas’, tan español como él aunque en su reparto brillen Robert de Niro, Sigourney Weaver y Cillian Murphy.

En plena promoción de este título, que ha recaudado más de un millón de euros en su primer fin de semana de exhibición, el director de ‘Concursante’ y ‘Buried (Enterrado)’ atiende en exclusiva a LA VOZ para hablar de sus inicios y de su trayectoria.

Su primer corto, ‘Yul’, triunfó en 1998 en la tercera edición del festival nacional de cortometrajes ‘Almería, tierra de cine’, semilla de ‘Almería en Corto’. ¿Cómo vivió aquel momento? La prensa cuenta que la presentación al público fue especialmente original...
Sí, algo recuerdo: creo que me marqué un pequeño monólogo para caer bien, o algo así. Fue la primera vez que gané un festival, y no sabía muy bien cómo tomármelo. No sabía si alegrarme o hacer introspección (risas).

Dos años después volvió a ser premiado por el guión de ‘15 días’. ¿Cómo influyeron estos dos trabajos y ambos premios, además de los logrados en otros certámenes, en su paso al largo?
De ningún modo, en realidad. Aquel corto ganó muchos premios, pero eso no hizo que sonara el teléfono: la desconexión entre la industria y una posible cuna de talento como el mundo del corto era (y seguramente es) casi entrañable.

Y entre medias, en 1999, fue invitado al certamen y declaró a este diario: “No tenéis ni puta idea del festival que tenéis aquí”. ¿Qué recuerda de su paso por Almería?
¿Eso dije, en serio? Imagino que me daría la impresión de que algunos no eran conscientes de lo improbable de la existencia de un festival como aquél. Es habitual: gente dejándose el sueño para compartir algo que otros dan por sentado. Mis recuerdos de Almería son abundantes y siempre felices, aunque nunca me han pedido más cigarros por la calle. Y no fumo.

El humor estaba muy presente en aquellos dos títulos pero sus tres largometrajes apuestan más por un cine que roza el fantástico sin ocultar apuntes críticos. ¿Le gustaría regresar a la comedia?
No me importaría nada. Es un género muy complicado que siempre me ha entusiasmado.

Tanto ‘Buried (Enterrado)’ como ‘Luces rojas’ son películas de factura ‘internacional’ pero rodadas en España. ¿Cómo ha conseguido atraer a grandes nombres, tener el control creativo y hacer el cine que quiere sin pisar Hollywood? ¿Le gustaría rodar allí algún día?
Yo mismo no sé exactamente cómo lo hemos logrado. El guión ha sido siempre fundamental, y mi socio Adrián Guerra y yo siempre hemos hecho un gran esfuerzo por resultar transparentes y confiables. Por otro lado, el único modo de conseguir control creativo es estando dispuesto a trabajar el triple y no aceptar un no. No tendría problemas en trabajar en Hollywood, o en Sebastopol, pero teniendo mucho cuidado de cuáles son las condiciones: no querría dedicar dos años a arrepentirme.

‘Luces rojas’ triunfa en taquilla y aspira a convertirse en una de las películas españolas del año. ¿Es éste -cine ‘comercial’, de gran factura, con rostros conocidos- el camino, o uno de los caminos, para dinamizar nuestra industria?
Nadie lo sabe. No hay fórmulas, sólo racionalizaciones a posteriori. Lo único cierto es que nadie sabe nada.

Asegura que ha concebido el filme como un gran truco de magia. ¿Era consciente de los riesgos de un planteamiento así?
Siempre eres consciente de los riesgos, pero conviene estar preparado para asumirlos: las cosas más interesantes suceden fuera de la zona segura. En mi