La OCAL y su coro abren con brillantez el Ciclo de Música Sacra

El IX Ciclo de Música Sacra se inició ayer con una de sus citas más importantes, como es el ya tradicional concierto de la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL), acompañada de su coro. En esta ocasión, el escenario no fue la Catedral, como viene siendo costumbre en años anteriores, sino el templo parroquial de Santa Teresa.

En cualquier caso, la iglesia registró un lleno abrumador para disfrutar de un programa encabezado por el Stabat Mater, en la versión de Franz Shubert, al que siguió la Misa en sol mayor del mismo autor.

La formación que dirige Michael Thomas incorporó, en esta ocasión ,algunos miembros de la Orquesta Joven de Almería, sirviéndo así este concierto como una auténtica experiencia formativa para los jóvenes músicos.

Desde las primeras notas, y pese a que el templo se encontraba abarrotado, los profundos sentimientos que inspiran esta inefable pieza del repertorio sacro, transportaron emocionalmente a la audiencia a la escena del Calvario. El dolor de la Madre ante el suplicio y muerte del Hijo quedaron plasmados en la exquisita interpretación de la orqueta, así como del coro que dirige magistralmente Román Barceló.

No cabe duda de que la experiencia de escuchar este tipo de composiciones en una iglesia es un privilegio. Sinembargo, la respuesta del público ante cualquier anuncio de conciertos de la OCAL invita a pensar que es necesario un espacio más amplio para dar acogida al creciente número de seguidores e incondicionales de esta formación musical.

En este caso, además, ciertas confusiones sobre el lugar previsto para este concierto y una diferencia en la hora de inicio, según rezaba el programa de mano, se aliaron en detrimento de las expectativas del público, haciendo que algunas personas decidieran marcharse antes de que comenzara.