Jorge Pardo “Pasa hasta con Bach, lo que hoy es innovador, es clásico mañana”a

Es uno de los músicos más conocidos y respetados del momento, pero en persona Jorge Pardo es un tipo cercano y amable, sonriente y serio a la vez. Esta vez ha venido a Almería para tocar en Clasijazz, y lo primero que hace mientras prueba sonido es preguntar si están por aquí Tomatito y Niño Josele, compañeros de mil batallas y que colaboran en su último disco, ‘Huellas’. Así que le propongo hablar un poco de ellos.

Empecemos por Tomatito
Hombre, con Tomatito he sido compañero... Lo conozco desde que tenía unos 20 años, con eso te lo digo todo. Crecimos juntos musicalmente, por así decirlo, y luego las vidas nos ha llevado por caminos no muy diferentes, pero sí cada uno con su historia. Me acuerdo cuando se hizo ‘La leyenda del tiempo’, y luego la única actuación de aquél disco, en Barcelona... Yo qué sé, Tomatito para mí es como...

¿Cómo lo ve ahora?
No veo que haya cambiado nada. Se ha hecho una figura de la guitarra flamenca, pero no ha cambiado. Su afición al flamenco y a la música en general ha sido una constante en su vida, y eso, en mi opinión, le ha permitido superar diferentes baches que la vida te va poniendo, como la muerte de Camarón, para él, concretamente...

¿Y en su toque?
Su toque ha evolucionado, lógicamente. Aunque yo sospecho que uno va aprendiendo cosas en la vida, pero como uno suena, ya suena cuando empieza a tocar. Y a mí me da esa impresión con Tomatito. Ha desarrollado mil líneas diferentes en su guitarra a lo largo de estas décadas, pero su sonido y su manera ya las tenía de joven.

¿Y Niño Josele?
Para mí es una experiencia diferente. Pertenece a otra generación pero, sin embargo, también lo siento my cercano. Lo conozco de hace tiempo, bien joven también él, y hemos coincidido en varias cosas. Por ejemplo, con Chick Corea.

Recuerdo cuando usted vino con él a Almería en el año 2005...
Sí, sí. Chick es un fan de Josele, y cuando estábamos de gira en aquella época me preguntaba por él, le encantaban sus discos. Y hace un par de años nos juntó otra vez en Nueva York para un homenaje a Miles Davis, y él estaba convocado a petición de Chick. Hace poco estuvimos juntos en el 70 cumpleaños de Chick, en el Blue Note.

Él se ha aventurado profundo en el mundo del jazz.
Pero es curioso, los dos lo han hecho, el Tomate también. Su vocación y sus raíces son flamencas, pero es uno de los guitarristas de flamenco que más se ha aventurado en el jazz, con amistades sonoras en ese mundo, como Luis Salinas o Michel Camilo. Pero el atrevimiento de Josele es cierto que tal vez ha ido más allá, al hacer un disco puro, de Bill Evans como sonaba Bill Evans...

Casi una temeridad.
Bueno, me parece una de esas cosas que uno se puede permitir en su época joven, de aprendizaje. Y es un lujo tener también, y todo hay que decirlo, a un productor, como en este caso Fernando Trueba, que se arriesga con un disco que ya sabes desde su nacimiento que no va a ir mucho más allá de varias emisoras de radio y unos cuantos aficionados. Pero, indudablemente, su mérito también es meterse ahí y enfrentarse a una más que probable crítica desde el mundo del flamenco, y otra desde el mundo del jazz, y me parece genial.

En eso, cuando alguien me dice que le gusta la ortodoxia en una música, pregunto: ¿La de cuándo?
Ja, ja, es cierto, estoy de acuerdo. Juan Sebastián Bach ahora nos suena a música sacra, pero si lees una biografía de él, ves que el gobernador de Leipzig de la época le decía que escribía música de verbena. Y así estamos toda la vida. Lo que hoy es ‘innovador’, entre comillas, es clásico mañana.

¿Sobre qué base se puede buscar la fusión entre jazz y flamenco?
Creo que la búsqueda es relativa. Es más bien el encuentro. Si vas buscando es probable que no encuentres nada, o que las cosas que encuentres no sean muy válidas. Yo pongo mi experiencia, que es de la que puedo hablar, y es vivir y convivir con músicos de ambas partes, y