“Siempre tendremos París. No lo teníamos, lo habíamos perdido hasta que viniste a Casablanca, pero lo recuperamos anoche”. La frase de Rick a Ilsa al final de la inmortal película fue recordada por Francisco Villar, Quico, durante el acto que reunió a la promoción de 1994/95 de La Salle el sábado 1 de octubre.
“Siempre nos quedará La Salle”, expresó el jefe de estudios de aquella generación desde el salón de actos ante cerca de 80 alumnos y alumnas del centro que, por fin, podían volver a pisar el colegio, su colegio, más de 25 años después: el encuentro tenía que haberse celebrado en 2020 pero tuvo que ser cancelado a causa de la pandemia. De hecho, el pasado fin de semana se reunió la promoción 95/96, también obligada a aplazar su cita.
Una visita al Museo de Ciencias Naturales, una misa y un cóctel completaron la jornada, de once de la mañana a once de la noche. Doce horas que supieron a poco a los antiguos compañeros, felices por recordar viejos tiempos y por reunirse, como tantas veces hicieron de estudiantes, en el patio ‘de portería’, esa entrada que conectaba su mundo con el de los adultos.
Los organizadores
Rafael Mezquita, Esperanza Martínez-Salanova, Mar Rodríguez Carrasco, Salvador García Mora, Fernando Martín y Mª Ángeles Callejón fueron los alumnos encargados de organizar el encuentro.
La última ejerció como maestra de ceremonias en el salón de actos, donde Mar Rodríguez y Juan Luis Pérez se dirigieron a sus compañeros. “Puedo decir que era feliz y no lo sabía: algunos de los mejores años de mi vida los he pasado entre estos muros. Con orgullo, cuando me preguntan, digo que estudié en La Salle: un colegio duro, con un ambiente excelente, docentes entregados y compañeros inolvidables”, dijo él.
Por el escenario desfilaron además Guillermo Verdejo, director de La Salle; Juan Uribe, de la Asociación de Antiguos Alumnos; el Hermano Francisco Aguilera, quien confesó que su querido Museo de Ciencias Naturales, que inició el Hermano Rufino, es el “corazón del colegio”; y Quico Villar, en representación del resto de docentes presentes: Sara Calpena, Asunción Torrecillas, Federico Espinosa y Mamen García.
Los alumnos recibieron una insignia por sus 25 años y no faltó el recuerdo a los estudiantes y profesores de la promoción desaparecidos en este tiempo, con una especial mención a Antonio Galindo, impulsor de reuniones como esta. Una cita en la que la ‘Generación 1995’, como rezaba un cartel, recuperó La Salle para siempre.
Como Bogart y Bergman hicieron con el París de ‘Casablanca’.
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