Arcángel se acordó de Lola Benavides

La noche del sábado anterior pasará a la rica historia de la Peña El Taranto en el capítulo de las grandes noches de una entidad cultural que hace unos meses recibía de manos del rey Felipe VI la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Noches para el recuerdo, casi todas ellas en su sede de los aljibes árabes que Antonio Mairena calificó como “Capilla Sixtina del Cante”, con la actuaciones de la práctica totalidad de las grandes figuras del arte flamenco de las últimas seis décadas. Francisco José Arcángel Ramos, ‘Arcángel’, desde 1999 que debutó en la peña ha actuado en muchas ocasiones en las que ha cosechado grandes triunfos y el reconocimiento general de una afición muy entendida, acostumbrada a recibir a artistas de élite. No obstante, Arcángel cuajó el sábado, sin duda, su mejor actuación en los aljibes, la que se merecía su querida amiga Lola Benavides, periodista y ocho años presidenta de El Taranto, recientemente fallecida. El recital de Arcángel, acompañado por la guitarra maestra de Miguel Ángel Cortés, estaba dedicado a la memoria de Lola, la única mujer que ha presidido El Taranto y que ha dejado una huella imborrable en el mundo flamenco. Las palabras emocionadas que le dedicó el artista onubense lo dicen todo: 

“Hoy es un día muy especial y el mejor homenaje que le podemos hacer a nuestra queridísima Lola es recordarla con alegría, porque era una persona alegre y vitalista, una persona que ha hecho mucho por esta peña, mucho por el flamenco, mucho por los jóvenes. Era una persona a la que inevitablemente tenemos que echar de menos. Me gustaría que, ni mucho menos, tiñéramos estos momentos de tristeza, sino justamente al contrario. Donde quiera que esté que sienta nuestro cariño y nuestra admiración”. 

Noche especial

Era una noche especial, sin duda, y la afición lo sabía. El llenazo fue de época, pese a que a que coincidiera con un Barça-Almería que, obviamente, es un acontecimiento muy señalado por estos lares. El recuerdo de Lola Benavides y la actuación de su amigo Arcángel pudieron con todo, hasta con la lógica tristeza que flotaba en el ambiente al comienzo del acto, presentado por Antonio Zapata: “Ejerció siempre de anfitriona ejemplar, creando una corriente de cariño tal que, todavía hoy, doce años después de dejar la presidencia, todos los artistas la buscan y la quieren”. 

Arcángel bordó un recital hermoso, pleno de jondura, de gran personalidad, puro y muy moderno a la vez, algo que solo pueden hacer quienes poseen un conocimiento profundo del flamenco, del flamenco enraizado en músicos ya legendarios. Se acordó de muchos de ellos, también de Lola. 

Va por ti, compañera.