Maestro “por vocación”, un libro le cambió la vida: fue ‘El señor de los anillos’, al que llegó de adulto por la “insistencia” de su hermano José María. Hoy, Domingo Torrente Miras (Almería, 1977) ha firmado seis novelas juveniles -la trilogía ‘Ferblo’, ‘Un balón entre los dos’, ‘5 Bullying’ y ‘Héctor y los siete libros’- y prepara una séptima. También ama el deporte: juega en los veteranos de la UD Almería e impulsa en nuestra ciudad el padbol (fusión de fútbol y pádel).
¿Cómo acerca la literatura a los lectores y autores del mañana?
Los alumnos son muy distintos dependiendo de si leen o no. Para mí es la base de la educación y no se le da la importancia que se debiera. Se trabaja, pero no de forma adecuada. Creo, sinceramente, que debería haber un tiempo 'real' dedicado a la lectura, pero con tantas áreas, tantos contenidos y tanto papeleo que hay que rellenar, a veces (por no decir siempre) vas con las prisas de alcanzar los objetivos y no aprovechas el tiempo para crear hábitos lectores. Por mi parte, hago multitud de actividades que fomentan la lectura, 'esquivo' ciertos contenidos para sacar tiempo y antepongo la lectura elegida a la obligatoria.
Los malos lectores ¿nacen o se hacen?
Se hacen, sin duda. A todos los niños (y a muchos adultos) les encantan los cuentos, adoran que les lean antes de dormir. Todos deberían tener un rincón en el que sentarse y tener a mano sus cuentos, tebeos, poemarios… Cada uno debe elegir el tipo de lectura que quiere leer y tener el poder de cerrar el libro si no le gusta nada. Todo lo que sean obligaciones solo conseguirán que el potencial lector deteste ese rato de ocio.
Y si en casa nadie lee...
Que un niño vea a su ‘mapi’ (mamá o papá) leyendo es fundamental. Tenemos Netflix y Prime, ‘Sálvame’ y ‘La isla de las tentaciones’, pero estar todo el día delante de la caja tonta y no ofrecer a nuestros hijos tiempo de lectura es uno de los errores más graves que podemos cometer.
¿Fue buen lector de niño?
Tuve mis fases. Leí muchos cómics y algunos libros. Pero llegué al instituto y me obligaron a leer ‘La Celestina’ y ‘Pepita Jiménez’. Creo que a partir de ahí tuve un rechazo hacia la lectura que se prolongó demasiado tiempo.
¿Un libro puede cambiarte la vida?
¿Cuántos lectores se han perdido por un libro que se ha atragantado en clase?
Al tener poco tiempo, suelo trabajar la poesía en el aula. Leemos todos juntos, por parejas, en grupos, cantando flamenco, lírico, rap… De esta forma todos quieren leer porque les resulta muy divertido. Este año, por primera vez, estamos leyendo un libro en concreto: ‘La historia interminable’. Y lo hacemos porque estamos usando la ‘gamificación’ en clase con la temática de dicha aventura. Al tener relación con algo de nuestro día a día, todos tienen muchas ganas de leerlo. Eso son aprendizajes significativos para ellos.
¿Recuerda aquel día que comenzó a sentirse escritor?
Justo cuando comencé a dar clases apareció en mí ese deseo de crear mis propias historias. Quería que mi alumnado escuchara cuentos distintos a los de siempre, que se sorprendiera y quisieran más relatos nuevos cada día. Una compañera leyó uno de mis escritos y me animó a que participara en un concurso literario de las Bibliotecas de El Ejido. El segundo premio me animó de tal forma que ya no pude parar de escribir.
¿Qué le ha enseñado ser autor de literatura juvenil?
El ambiente en el que vivo me ha llevado a que mis libros vayan destinados a este público al que tanto adoro. En ocasiones me gustaría escribir algo más adulto, pero me siento muy cómodo y me resulta sencillo crear personajes y aventuras de jóvenes de instituto. Y me da la oportunidad de visitar centros educativos muy distintos, con jóvenes especiales, felices, con problemas y algunos muy extraviados pese a su corta edad.
¿Hay muchos prejuicios con este género?
En las redes vas a encontrar prejuicios por todo. Si publicas la foto de una piedra muchos te tacharán de agresivo, otros se indignarán por no haber contado con piedras de otro tipo y algunos asegurarán que no es una piedra. Con los libros pasa lo mismo, algunos piensan que la literatura juvenil o la fantasía no son serias. Pienso que esas personas sí son demasiado serias… Hay momentos para todo y libros para todos.
La saga ‘Ferblo’ ('Ferblo, el chico misterioso', 'Ferblo y las sombras del pasado' y 'Ferblo y la cripta del terror') está ambientada en escenarios de Almería. ¿En qué lugar, que no haya empleado aún, ambientaría una historia y de qué género?
'Ferblo' fue mi primer hijo y como pensaba que sería el único, metí en él todo lo que amaba: mis seres queridos, vivencias y los lugares en los que me he criado. Sin duda, uno de los lugares más maravillosos que tenemos es Bacares. Almería no solo es un desierto, como muchos piensan. Almería tiene a Tabernas, pero también las mejores playas, nieve, bosque y mucho más. Bacares es un lugar mágico, repleto de animales, senderos y vecinos amables. Un lugar ideal para disfrutar del aire puro y vivir aventuras increíbles.
¿Qué autores le hacen sentirse como un niño?
Por supuesto Tolkien, que me cambió la vida. Adoro ‘Harry Potter’, aunque no esté de acuerdo con su autora en muchas reflexiones personales. Y me encantaría tomarme un café con Laura Gallego para que me explicara cómo logra crear esa magia.
¿Introduciría la saga ‘Harry Potter’ como lectura obligatoria en las aulas?
Como obligatoria no, pero muchos de mis alumnos comienzan a leerla cuando yo llego a cada colegio. Suelo decorar las clases con 'merchandising', tengo varias camisetas, les coloco el sombrero seleccionador, les pongo la peli... Al final, la mayoría adoran a Harry y unos pocos se atreven a leerlo.
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