Manuel Morales
01:00 • 01 abr. 2012
Los Ángeles es otra hermandad con vocación de barrio que se ha hecho grande, ya que está arropada por un buen número de cofrades y vecinos que están volcados con su Virgen de Los Ángeles. Así quedó demostrado en la tarde del Domingo de Ramos, pues durante todo el recorrido por el barrio las aceras estaban abarrotadas, especialmente las inmediaciones de la calle Diamante, donde tienen la casa de hermandad, ya que la Virgen partió desde este lugar para incorporarse al desfile procesional ante una enorme expectación.
Anteriormente, en la Iglesia Parroquial, cofrades, mantillas y demás miembros que participaron en la procesión, aguardaron con orden la llegada del párroco Francisco Sáez y del hermano mayor Francisco Salas, para proceder a la ceremonia de bendición de medallas de la hermandad por parte del sacerdote, que le fueron impuestas por parte del hermano mayor a los guardias civiles que participaron en el desfile procesional, tanto en la presidencia como acompañando a la Virgen de Los Ángeles.
Luego, el consiliario dirigió una reflexión a los cofrades para que procesionaran con vereración y devoción hacia la Virgen a la que pidió amparo para todos los vecinos del barrio de Los Ángeles, recordándoles que guardaran la mayor compostura durante su recorrido por el centro de la ciudad a la que acudirian más tarde.
Por su parte, el hermano mayor, Francisco Salas, visiblemente emocionado ya que es su último desfile en este cargo, al haber sido elegido recientemente para ocupar dicho cargo José García Camacho, recordó algunas normas a los cofrades para que el cortejo transcurriera con orden y de manera fluida, para cumplir con los horarios establecidos. Éste es uno de los cortejos procesionales que está integrado por un mayor número de personas, ya que participaron en el mismo más de 150 nazarenos, a pesar de haber descendido unos treinta, por motivos de la crisis, como comentó su hermano mayor y cincuenta mantillas, que es el mayor número de los que se verán esta semana en los desfiles procesionales.
En poco minutos, se conformó el desfile en el interior de la parroquia a partir de la cruz guía, ya que cada cofrade sabía perfectamente cual era su lugar dentro de la procesión, incluso los más pequeños.
A una hora tan taurina como las cinco de la tarde, comenzaron a salir los cofrades que se dirigieron por la plaza de La Plata, Quinta Avenida, Maestría y España, hasta la calle Diamante, donde se encuentra la casa de hermandad, para recoger a su titular. Ésta se incorporó con la música de la banda de Los Iris de Instinción, dirigida por Felipe Berenguel, que hizo entrega de un ramo de flores a la Virgen de Los Ángeles en nombre de todos los músicos, que recogió el capataz del paso Francisco Becerra.
Enseguida saltaba la primera saeta de la tarde que cantó María Canet, que participa en el Certamen de Saetas de la Peña El Morato, continuando su recorrido por el barrio por Turquesa y Avenida de Los Ángeles para enfilar Carretera de Granada, camino del centro de la ciudad, para pasar por primera vez por la S.A.I. Catedral, por lo que han tenido que ampliar el recorrido, cumpliendo perfectamente con el horario establecido de pasar por este punto a las 19.30 horas de la tarde. Por ello, los cofrades y sobre todo los costaleros tuvieron que realizar un enorme esfuerzo, que se vio recompensado con la satisfacción de haber realizado un brillante desfile penitencial.
Anteriormente, en la Iglesia Parroquial, cofrades, mantillas y demás miembros que participaron en la procesión, aguardaron con orden la llegada del párroco Francisco Sáez y del hermano mayor Francisco Salas, para proceder a la ceremonia de bendición de medallas de la hermandad por parte del sacerdote, que le fueron impuestas por parte del hermano mayor a los guardias civiles que participaron en el desfile procesional, tanto en la presidencia como acompañando a la Virgen de Los Ángeles.
Luego, el consiliario dirigió una reflexión a los cofrades para que procesionaran con vereración y devoción hacia la Virgen a la que pidió amparo para todos los vecinos del barrio de Los Ángeles, recordándoles que guardaran la mayor compostura durante su recorrido por el centro de la ciudad a la que acudirian más tarde.
Por su parte, el hermano mayor, Francisco Salas, visiblemente emocionado ya que es su último desfile en este cargo, al haber sido elegido recientemente para ocupar dicho cargo José García Camacho, recordó algunas normas a los cofrades para que el cortejo transcurriera con orden y de manera fluida, para cumplir con los horarios establecidos. Éste es uno de los cortejos procesionales que está integrado por un mayor número de personas, ya que participaron en el mismo más de 150 nazarenos, a pesar de haber descendido unos treinta, por motivos de la crisis, como comentó su hermano mayor y cincuenta mantillas, que es el mayor número de los que se verán esta semana en los desfiles procesionales.
En poco minutos, se conformó el desfile en el interior de la parroquia a partir de la cruz guía, ya que cada cofrade sabía perfectamente cual era su lugar dentro de la procesión, incluso los más pequeños.
A una hora tan taurina como las cinco de la tarde, comenzaron a salir los cofrades que se dirigieron por la plaza de La Plata, Quinta Avenida, Maestría y España, hasta la calle Diamante, donde se encuentra la casa de hermandad, para recoger a su titular. Ésta se incorporó con la música de la banda de Los Iris de Instinción, dirigida por Felipe Berenguel, que hizo entrega de un ramo de flores a la Virgen de Los Ángeles en nombre de todos los músicos, que recogió el capataz del paso Francisco Becerra.
Enseguida saltaba la primera saeta de la tarde que cantó María Canet, que participa en el Certamen de Saetas de la Peña El Morato, continuando su recorrido por el barrio por Turquesa y Avenida de Los Ángeles para enfilar Carretera de Granada, camino del centro de la ciudad, para pasar por primera vez por la S.A.I. Catedral, por lo que han tenido que ampliar el recorrido, cumpliendo perfectamente con el horario establecido de pasar por este punto a las 19.30 horas de la tarde. Por ello, los cofrades y sobre todo los costaleros tuvieron que realizar un enorme esfuerzo, que se vio recompensado con la satisfacción de haber realizado un brillante desfile penitencial.
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