José Luis Laynez
21:11 • 08 abr. 2012
Tras la tempestad viene la calma. Lamentablemente, ésta llegó el último día de la Semana Santa de 2012, tras seis días de implacable viento de poniente. La mañana invitaba a la playa más que a asistir a la procesión del Domingo de Resurrección. Pero como el Mediterráneo está ahí todo el año y a Cristo Resucitado no lo podemos acompañar hasta el próximo año, miles de almerienses dejaban su primer baño para otro día y jalonaban las calles del casco histórico.
Previo a la procesión, el Obispo presidió la Misa Estacional en la Catedral. A las 12’30 finalizó y el cortejo comenzó a ganar la Plaza en un día espléndido que animó a miles de almerienses a acompañarlo. El trono de alpaca llevaba bella ornamentación floral a base de claveles e iris blancos, orquídeas amarillas y frondoso jardín al pie del Resucitado.
Los 30 costaleros que calza el paso iban comandados por Juan Diego Linares, con Juan Castro y Víctor Pérez de contraguías. Medio centenar de nazarenos vestían túnica blanca inmaculada. El acompañamiento musical corría a cargo de la Banda de Música Virgen del Mar de Huércal.
Buen tiempo
La mañana pintaba esplendorosa. Eolo se había marchado definitivamente (¡a buenas horas!) a soplar a otra parte y la Plaza Catedral presentaba un aspecto inmejorable, bien distinto al pasado año, en que la lluvia obligó a suspender la procesión. A la 1 de la tarde, la imagen del Resucitado ganó la calle y, ya en ella, el Obispo ordenó la primera levantá. Tras ello, abandonó el cortejo, siendo éste presidido por el Consiliario, Manuel Pozo.
Especialmente emotivo fue el paso del cortejo ante la casa de las Siervas de María, que la esperaban en la puerta emocionadas. De allí, a calle Real, bellamente engalanada en buena parte de sus balcones abiertos al cielo de Almería con faldones morados.
Continuó la procesión por plaza Virgen del Mar, cuyo santuario tenía, extrañamente, su portón cerrado. La Madre no pudo ver a su Hijo recién resucitado y las campanas doblaron cuando ya el paso abandonaba el lugar. ¡Qué fallo! Cientos de almerienses allí congregados lo comentaban con extañeza.
A las 14’10 h. el paso del Resucitado ganó Carrera Oficial. Las tribunas estaban llenas de gentes deseosas de ver el cortejo. ¡Qué bonito! Calle Ricardos, Plaza Flores y al Templo.
Eran las 3’30 de la deliciosa tarde cuando la procesión finalizó. Ordenaron las últimas levantás Manuel Pozo y José Antonio Sánchez. Punto y final a la Semana Santa 2012.
Buen tiempo
La mañana pintaba esplendorosa. Eolo se había marchado definitivamente (¡a buenas horas!) a soplar a otra parte y la Plaza Catedral presentaba un aspecto inmejorable, bien distinto al pasado año, en que la lluvia obligó a suspender la procesión. A la 1 de la tarde, la imagen del Resucitado ganó la calle y, ya en ella, el Obispo ordenó la primera levantá. Tras ello, abandonó el cortejo, siendo éste presidido por el Consiliario, Manuel Pozo.
Especialmente emotivo fue el paso del cortejo ante la casa de las Siervas de María, que la esperaban en la puerta emocionadas. De allí, a calle Real, bellamente engalanada en buena parte de sus balcones abiertos al cielo de Almería con faldones morados.
Continuó la procesión por plaza Virgen del Mar, cuyo santuario tenía, extrañamente, su portón cerrado. La Madre no pudo ver a su Hijo recién resucitado y las campanas doblaron cuando ya el paso abandonaba el lugar. ¡Qué fallo! Cientos de almerienses allí congregados lo comentaban con extañeza.
A las 14’10 h. el paso del Resucitado ganó Carrera Oficial. Las tribunas estaban llenas de gentes deseosas de ver el cortejo. ¡Qué bonito! Calle Ricardos, Plaza Flores y al Templo.
Eran las 3’30 de la deliciosa tarde cuando la procesión finalizó. Ordenaron las últimas levantás Manuel Pozo y José Antonio Sánchez. Punto y final a la Semana Santa 2012.
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