En ‘Fresas salvajes’, la película de Ingmar Bergman, un veterano profesor viaja para recibir un homenaje de su universidad. Durante el trayecto, revive episodios de su infancia y juventud tras visitar su pueblo natal.
El miércoles, en El Alquián, tres almerienses convertidos en referentes de la dramaturgia, la novela y la ilustración en nuestro país repasaron episodios de su niñez y adolescencia en el que fue, es y será su barrio: el instituto, el primer contacto con la cultura, el momento del adiós, los vínculos que aún mantienen.
A diferencia del personaje de Bergman, Paco Bezerra, Juan Manuel Gil y Antonio Lorente son aún jóvenes (del 1978, 1979 y 1987 respectivamente). Pese a los logros (premios, lectores, espectadores), posiblemente, lo mejor de sus carreras esté por llegar. Tampoco fue la Universidad quien los llamó, ni el Ayuntamiento, ni la Junta, ni la Diputación. El éxito de reunirlos por primera vez en un acto público lleva la firma de la ilusión de un colectivo: la Asociación Cultural de Mujeres de El Alquián.
NAQUIAL se llama este reactivado grupo que busca dar vida al barrio. NAQUIAL, nombre que nace de mezclar las letras del barrio. Más bien de revolverlas como fichas de puzle dentro de un cierto orden. Y así fue la charla-coloquio que citó a unas 200 personas en el pabellón del instituto local (subrayemos: 200 personas, un miércoles por la tarde, en Almería, en un recinto más que alejado del centro): un acto preparado con seriedad, mimo y cariño, y al mismo tiempo abierto a la espontaneidad del reencuentro, a la sorpresa.
“Estoy más nervioso hoy que antes de cualquier otra presentación”, me confesaba uno de los protagonistas antes del encuentro. No era para menos: frente a ellos se mezclaban familiares, vecinos, viejos conocidos y seguidores de sus trabajos. De hecho, el comienzo se demoró más de un cuarto de hora mientras Bezerra, Gil y Lorente firmaban algunas de sus obras.
Ese eléctrico nerviosismo de final de Champions, de noche de Reyes Magos, era palpable también en Pepita Navarro, presidenta de la asociación. “Estamos alucinadas. No ha sido fácil reunir a estos tres almerienses. Yo digo almerienses, pero son de El Alquián”, dijo en la presentación, levantando los primeros de muchos aplausos en una tarde de ilusiones y abanicos.
Alquianeros ilustres
La idea era sencilla, como suelen ser las mejores ideas: un homenaje popular a tres vecinos ilustres, un baño de cariño y respeto hacia los que, hace no tanto, eran críos jugando bajo el sol. “Es hora de sacar el orgullo de barrio”, que canta Quique González en ‘39 grados’.
“Es muy emocionante estar aquí por el afecto personal y la admiración profesional”, expresó Encarni Pardo, moderadora del encuentro (hermana, por cierto, de otra ilustre alquianera: Irene Pardo, directora del Festival de Teatro Clásico de Almagro).
Durante cerca de dos horas volaron por el cielo del pabellón —entre espalderas, colchonetas apiladas y ventiladores— ideas, reflexiones, recuerdos, sentimientos, confesiones.
Paco Bezerra (Premio Nacional de Literatura Dramática por ‘Dentro de la tierra’) no se corta al hablar. Su verbo puede ser látigo: “El instituto no me sirvió de nada”. También abrazo: “La primera obra que leí fue ‘Yerma’, que robé de tu casa, Sofía”, dijo a una vecina.
Si no le fuera tan bien como escritor, Juanma Gil (Premio Biblioteca Breve 2021 con ‘Trigo limpio’) podría triunfar en el ‘stand up’. El humor —“¿Cómo están los máquinas?”, saludó— asociado a una tradición oral alquianera (“la manera de hablar de mis padres es un yacimiento”) sobre la que ha tejido un mundo de ficciones entre costuras de realidad y heridas latentes: la “cicatriz” del aeropuerto, los “nueve kilómetros” entre el Ayuntamiento y el “sitio al que pertenecemos”.
Antonio Lorente (ilustra grandes clásicos para Edelvives, de ‘Peter Pan’ a ‘Ana la de Tejas Verdes') es el más joven de los tres. También el más tímido, quizás por observar la vida desde los lápices. “Me fui para ver mundo, pero al final creaba con añoranza. Recuerdo más el momento en que sabía que tenía que volver que cuando tuve que irme”, explicó en su barrio, muy presente en sus obras. “Mi Tom Sawyer es alquianero, es el hijo del Víctor. Y ese Misisipi tiene mucho de las playas de El Alquián”.
El encuentro con Bezerra, Gil y Lorente coincidió con el pregón de la Feria del Libro que ofreció el nicaragüense Sergio Domínguez, Premio Cervantes. Un acto en la Delegación de la Junta con mucha presencia institucional y poca ciudadana. Importante para Almería, claro. Aunque a veces no hay que olvidar que las frases salvajes pueden nacer en tu propio jardín.
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