Jaime Astrain: “A mi hija le inculcaré Almería en vena”

“Nací en Madrid por error”, dice Jaime Astrain (1988), almeriense por derecho desde que llegara a esta tierra con año y medio tras el traslado de su padre, guardia civil. Aquí echó raíces, sembró amistades, creció y comenzó a dar patadas a un balón de niño en el Almería CF. Lo fichó el Atlético de Madrid para su cantera, pasó por varios clubes y a los 27 colgó las botas: “El fútbol ya no me llenaba”. Se fue a Bali, donde explotó como modelo. Hoy triunfa en Instagram, es tertuliano de ‘El chiringuito’, ha concursado en ‘Traitors’ (HBO Max), presenta actos y es un rostro habitual en la prensa rosa. En octubre estrenó paternidad: su hija Elsa, fruto de su relación con la presentadora Lidia Torrent. 

¿Qué representa Almería en su vida hoy?

Es mi cable a tierra, el sitio que puedo catalogar de hogar, con todas sus letras. Me da paz estar con los míos.

Debe ser fácil perder la perspectiva en el mundo en que se mueve.

Sí, es fácil obnubilarte por el ruido, lo he visto en otros. Por suerte, mis padres, hermanos y amigos me han bajado de cualquier ida de olla que haya podido tener. Una vez que pasó Despeñaperros todo se olvida. Aquí solo soy Jaime: puede sonar muy poético, pero es así.

¿Un rincón de Almería?

Almería es mi casa, y Aguadulce el lugar donde siempre he estado, donde están mis amigos. Cuando necesitamos respirar un poco vamos a La Isleta, al Playazo o al final de La Fabriquilla, cerca del Arrecife de las Sirenas.

¿Alguna vez se ha arrepentido de dejar el fútbol?

Soy una persona que no mira hacia atrás. El fútbol me dio todo: empecé en Los Molinos, con 7 u 8 años, y jugué hasta los 27. Y desde entonces no me ha ido nada mal, estoy orgullosísimo de todo lo que he hecho.

De corto aprendió...

El deporte es, para mí, algo imprescindible, y más en equipo. Te da herramientas maravillosas: compañerismo, humildad, trabajo, no venirte abajo, luchar. Haga lo que haga intento hacerlo siempre con humildad, sin pisar a nadie. Son valores que me dieron en mi casa. 

¿Qué faceta como padre ha descubierto con Elsa?

Uf, no sé, habría que preguntarle a Lidia... Por más que te digan, hasta que no eres padre no sientes dos cosas: ese amor indescriptible, no comparable a nada, y lo duro que es: te hace valorar más el trabajo de tus padres. Tengo muy presente la educación que he recibido y quiero transmitírsela a mi hija. Seguramente me equivoque millones de veces, pero intentaré ser el mejor padre.

¿Conoce ya su hija Almería?

Sí, justo al mes de nacer estábamos aquí. Y en Navidad, Semana Santa... Yo no tuve la suerte de nacer en Almería, pero me considero como tal, y Elsa tendrá raíces almerienses. Para mí es importante, y sé que estaremos mucho por aquí. Le inculcaré Almería en vena. 

¿Le reconocen más por las revistas, por Instagram o por ‘El chiringuito?

Depende del ámbito. En bares y restaurante más por ‘El chiringuito’, quizás el público femenino más por las redes, por haber salido en ‘Traitors’ de HBO o por mi pareja. 

¿Abre muchas puertas salir en ‘El chiringuito’?

Por supuesto. Estoy muy agradecido a Josep [Pedrerol] y a su equipo. Y eso que no voy todas las semanas por trabajo. Una vez estaba en Trinidad, en Cuba, y me reconocieron: allí los programas llegan de tres en tres y con días de retraso. Llevo un tiempo sin salir [Astrain atiende a LA VOZ días antes de una operación de pólipos, de la que ya se recupera], pero volveré en cuanto pueda. Es un sitio espectacular, tres horas en directo, donde aprendes mucho. 

No le faltan críticos. 

Hay que actualizarse y los formatos van cambiando: mira la Kings League. Lo mejor del programa es que cada espectador se identifica con algún tertuliano. Es un show, entretiene, pero también hay información y análisis.

Y el Almería está muy bien representado.

Jugué en el Atleti siete años, soy colchonero, pero mi corazón está con el Almería. Ahí estamos Diego Plaza y yo defendiendo a nuestra ciudad. Creo que en el programa se le tiene cariño.

¿Nos salvamos?

Sabíamos que tendríamos que luchar por la permanencia, pero me gusta cómo juega el equipo. Tengo esperanzas.

Le hemos visto en el concurso ‘Traitors’, de HBO Max. ¿Repetiría en otro ‘reality’?

Si hubiese entrado en otro como los que estamos acostumbrados, me habría cerrado puertas. Este formato es distinto: un juego de mesa, muy psicológico, con gente conocida y reconocida. 

¿El futuro?

Los retos profesionales no dependen de uno, pero me quiero encaminar al entretenimiento, a presentar: lo último fue en Almería en un evento de moda en el Claustro de la Catedral, un sitio espectacular.