Una lucha contra el olvido. Ese sería el subtítulo de la exposición que visita Almería y Olula. Recopila recuerdos, vivencias de los españoles que emigraron a Norteamérica en las primeras décadas del siglo XX. El catálogo de esta muestra es una lata de galletas retro, esas en las que miles de familias conservan viejas fotos que contienen la memoria de unas vidas y un trocito de la historia de cuando los españoles éramos la mano de obra que se necesitaba en otras latitudes. Han rescatado ya diez mil imágenes.
Están inmersos en un proceso de diez años para esta exposición.
En realidad el objetivo no era la exposición. Llevamos más de diez años trabajando James Fernández y yo casi a contrarreloj para intentar preservar, o retrasar lo máximo posible la desaparición absoluta de estos fragmentos de la historia de los emigrantes españoles a los EEUU.
Somos conocedores de otros movimientos migratorios hacia EEUU pero no tanto de españoles, siempre pensamos que emigraron al cono sur, o a Cuba.
Sabemos que en Nueva York en los años 20 había treinta mil españoles viviendo en una colonia española llamada Little Spain, igual que había China Town o Little Italy. Tenían su iglesia, sus comercios, restaurantes…no solo en NY, en Florida levantaron sus ciudades: Doscientas fábricas de tabaco en Tampa, que era un pueblito de pescadores a finales del siglo XIX y en 20-30 años convirtieron ese lugar en la capital mundial del tabaco.
¿Eso lo hicieron españoles?
Sí, la mayoría de las fábricas de Tampa las fundaban empresarios españoles que saltaban desde Cuba y la mano de obra eran españoles, cubanos, sicilianos. En Tampa se hablaba español, eran mayoría.
¿Qué pasó?
Van pasando los años, tienen hijos, y cuando ven el momento de regresar estalla la Guerra Civil, ese sueño se desvanece y se dan cuenta de que no hay vuelta a atrás, de que a España no merece la pena volver porque está en manos de un dictador y se ha quedado el país hecho polvo después de los años de guerra. Entonces les dicen a sus hijos: nos tenemos que quedar y ahora tenéis que ser más americanos que los propios americanos, y entran en proceso de asimilación e integración en la sociedad estadounidense.
¿Los españoles fuimos emigrantes invisibles?
Frente a todo el imaginario de emigración de irlandeses o italianos eran una gota en el océano, pero eran importantes. Se quedaron preservadas sus historias en las latas de galletas, en los álbumes familiares que son los que nosotros vamos buscando colonia por colonia, puerta por puerta para salvar la historia a través de la memoria colectiva. Así, familia a familia, historia a historia vamos componiendo la gran historia de la emigración española a EEUU.
¿Emigraron muchos almerienses allí?
Hay una colonia importante que puso rumbo a Nueva York, a Brooklyn, y eran alhameños, fundaron lo que se conoce como Grupo Salmerón, en honor a Nicolás Salmerón, presidente de la primera república. Tenemos fotografías, testimonios; fundaron este grupo como una manera de ayudarse, de protegerse, de tener casi intacto ese sueño de regresar, mantenían el español entre sus hijos y favorecían la endogamia para que ninguno se quisiera quedar, lo que haría más difícil volver a Alhama. Este grupo fue de los que más duraron, continuó en los años 50.
¿Hemos aprendido algo sobre emigración en España desde entonces?
Esta exposición no es solo un ejercicio estético, sino que también tiene que servir como termómetro para tomar la temperatura moral a la sociedad actual. Muchas veces solo hay que cambiar el lugar de destino, procedencia y época y en seguida nos damos cuenta de que antes nosotros emigrábamos y ahora son senegaleses los que llegan. Creo que en estos momentos estamos demostrando que esa temperatura moral está muy baja.
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