El director de la Asociación Sinfónica de Huércal de Almería, Félix Ruiz, reconocía que llevaban cinco años esperando este momento, cambiar totalmente de registro y dar un concierto de rock. En los últimos años, la Banda ya venía interpretando canciones de actualidad y no tan de actualidad en un concurso, 'Huércal Canta', con participantes anónimos, ya fueran del municipio huercalense o de fuera. Pero lo de anoche era ir un paso más allá.
Y es que la ocasión era el Candil Rock, el festival decano de la provincia de Almería, el más longevo de los grandes festivales almerienses, con 35 años, contando la noche de este sábado, a sus espaldas. Un escenario por el que han pasado en ediciones anteriores La Polla Records, que fue el primero en hacerlo allá por 1987, pero también Burning, Barricada, Joaquín Sabina, Danza Invisible, Enemigos, Barón Rojo, Reincidentes, Mojinos Escozíos, Ska-P, Mago de Oz, Rosendo, Raimundo Amador, Los Delinqüentes, Mártires del Compás, Loquillo, Amparanoia, Siniestro Total, Ilegales o El Drogas. Casi nada.
Este año, los grandes protagonistas eran, o iban a ser, 091. Y sí, no defraudaron y la histórica banda granadina lo fue. Sonido impecable, un público entregado desde los primeros acordes, que comenzaron a sonar minutos antes de su hora prevista de inicio (las 23:30) y un repaso a una trayectoria que incluye ocho discos de estudio, dos en directo y cuatro recopilatorios, iniciada en 1981 e interrumpida en 1996 con su 'Último concierto' para regresar 20 años después con su 'Maniobra de resurrección', precisamente, tanto el primero como el segundo, sus dos discos en directo.
Pero antes de que 'El Pitos', Lapido y el resto de los 'cero' se subieran por primera vez en su historia al escenario del Candil Rock, el protagonismo fue mayúsculo para una Sinfónica, con 'refuerzos' en las guitarras eléctricas para la ocasión, que sorprendió a todos interpretando canciones de muchos de esos grupos y artistas que han pasado por Huércal de Almería en estos 35 años de Candil.
Fuera de su zona de confort, muy alejados de interpretaciones habituales como los himnos de Andalucía o España que tocaron, sin ir más lejos, una semana antes en la toma de posesión del nuevo equipo de gobierno, la Sinfónica rescató otros himnos, en este caso del rock español, para que el público ya no solo calentara motores para el concierto central, sino para que terminara ya el primero cantando, bailando, saltando y brindando desde que, violín y flauta traversa al frente del escenario, hicieran sonar la 'Fiesta pagana' de Mago de Oz. Un título que resume a la perfección lo que fue para una banda sinfónica adentrarse en un género tan diferente al suyo.
Luego llegaron los 'cero', con los aparcamientos del Teatro Multiusos 'completos' de público. Era el punto central de la noche y la fiesta, que se cerraría más tarde, ya pasada la medianoche, con los ritmos de r&b, mambo y rock and roll latino de Tito Ramírez, "el enmascarado del chachachá psicodélico", "el fantasma del mambo" o el "rockero tropical", como le han bautizado en diferentes medios y entrevistas, y que demostró que su mezcla de rock and roll de los años 50 con los ritmos de latin soul de ascendencia cubana es de verdad y sin artificios. Además, en uno de los temas contó con la colaboración de Pike Cavalero.
Un fin de fiesta espectacular para la 35ª edición del Candil Rock, el festival decano de la provincia, un año más organizado por el Ayuntamiento de Huércal de Almería, la producción de Crash Music y la colaboración de la Emisora Municipal Candil Radio y la Fundación 'Music for All' que ayudó también a que personas con discapacidad visual, auditiva o sensorial pudieran disfrutar de la calidad de los conciertos con la misma intensidad que los demás.
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