Jacinto Castillo
21:41 • 21 abr. 2012
Poco antes de que sonara la introducción de Cuatro rosas, Jaime Urrutia aterrizó definitivamente en el escenario del Apolo. Hasta ese momento, se había debatido entre su condición de icono de la movida al frente de Gabinete Caligari y las aportaciones de su carrera en solitario. Todo ello, condicionado por una garganta aún por calentar y ciertas limitaciones instrumentales. La cosa no terminaba de centrarse, hasta que, como por arte de magia, comenzó a emerger aquella voz que lideró el pop español de los ochenta. Quedaba todavía concierto y el respetable se aprestó a escuchar lo que fuera, siempre que sonara a Urrutia, A Gabinete.
Postmodernidad
La postmodernidad vestida de lunares, como la mesa camilla que acompañaba al cantante para sostener su tubo de cerveza. Y al fondo, el burladero de aquel night club donde un cha- cha- chá fue culpable de una de las mejores faenas. Precisamente, con este tema, Jaime Urrutia se despidió de una afición puesta en pie, que acudió al entrañable Teatro Apolo en la noche del pasado viernes a recordar noches de bourbon y luces de neón.
No faltó Camino Soria ni otros temas significativos del legendario grupo, sin que tuvieran cabida aquellos otros que precisaban acompañamientos más completos. El carácter de acústico, con el que fue anunciado este concierto, hacía esperar una revisión más sosegada de los temas, así como arreglos instrumentales más elaborados. Sin embargo, la cercanía y autenticidad de Jaime Urrutia suplió con creces tales limitaciones. A fin de cuentas, aquella generación respiraba espontaneidad y una encomiable ausencia de miedos y precauciones. Una actitud que el patio de butacas, cómplice antes que nostálgico, entendió a la perfección.
De todos modos, Jaime prometió volver con toda la banda. Será cosa de esperarle .
Postmodernidad
La postmodernidad vestida de lunares, como la mesa camilla que acompañaba al cantante para sostener su tubo de cerveza. Y al fondo, el burladero de aquel night club donde un cha- cha- chá fue culpable de una de las mejores faenas. Precisamente, con este tema, Jaime Urrutia se despidió de una afición puesta en pie, que acudió al entrañable Teatro Apolo en la noche del pasado viernes a recordar noches de bourbon y luces de neón.
No faltó Camino Soria ni otros temas significativos del legendario grupo, sin que tuvieran cabida aquellos otros que precisaban acompañamientos más completos. El carácter de acústico, con el que fue anunciado este concierto, hacía esperar una revisión más sosegada de los temas, así como arreglos instrumentales más elaborados. Sin embargo, la cercanía y autenticidad de Jaime Urrutia suplió con creces tales limitaciones. A fin de cuentas, aquella generación respiraba espontaneidad y una encomiable ausencia de miedos y precauciones. Una actitud que el patio de butacas, cómplice antes que nostálgico, entendió a la perfección.
De todos modos, Jaime prometió volver con toda la banda. Será cosa de esperarle .
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/25987/jaime-urrutia-encontro-la-complicidad-del-publico-evocando-a-gabinete