“Queremos desechar etiquetas, crear comunidad, un espacio seguro”

Entusiasma la energía y la frescura de Julio e Inka juntos hablando de arte, vanguardias, futuro, reflexión y talento. Mucho talento hay aquí. Julio se va un par de meses a Reino Unido y Francia a impartir masterclass, es coreógrafo y bailarín en una compañía de danza contemporánea en Londres: hay vida más allá del flamenco estricto. Inka está al pie del cañón en la gestión diaria del Espacio creativo ACAAF, da clases de baile, escribe a partir de las ideas que le sugiere la etimología, algo que le apasiona. Juntos, libres e independientes, conforman un tándem bonito, feliz y con mucho presente y futuro para la provincia si Almería sabe recogerles el guante.

¿Qué significa para ustedes la asociación que han creado, ACAAF?

J. Todo lo que tiene que ver con el arte nos interesa, la asociación y este espacio no funcionan como academia ni escuela de danza. Creemos que es el primer espacio así, tan alternativo, en la provincia. Hacemos desde estudio de fotografía, viene gente que quiere escribir, damos masterclass… es un lugar donde todo arte tiene cabida.

¿Cómo llegaron a fundar esta asociación ?

J- Somos amigos desde hace unos 20 años, siempre quisimos montar algo en Almería y después del confinamiento nos mentimos en esto. Queríamos traer a artistas de renombre a un precio asequible a dar masterclass, porque siempre de Almería tenemos que salir fuera y pagar dinerales por hacerlo.

¿Cuál es su principal aspiración entonces?

Sobre todo queremos invitar a la reflexión, a los niños, adolescentes, siempre intentamos que por ejemplo un taller de baile no sea solo venir a los pasos sino a nutrir también la mente.

¿Qué han aprendido en los dos años que llevan funcionando?

Si algo sabemos es que no llega o se mantiene el que tiene talento, sino el que lo tiene con una cabeza que esté preparada para eso. Hay muchas cosas que no se han hecho bien en nuestra generación y debemos cambiarlas, hacer que cada uno crea que merece estar en esta profesión de la manera que sea.

¿Qué cosas son las que non han hecho bien en vuestra generación?

J. Por ejemplo, a mí siempre me decían “vas a llegar lejos” y yo nunca entendía qué era llegar lejos, porque ni yo mismo sabía donde quería llegar, y a la vez te están etiquetando, en mi caso con que yo era bailaor, y de una manera determinada. Hace cuatro años rompí con todo y cambié toda mi dinámica espectáculos, y lo primero que se publicó en un artículo fue “a Julio Ruiz se le olvida bailar”. Nosotros creemos que se puede ser bailaor/a y que esa palabra puede englobar lo que se quiera.

¿Qué espera la gente que viene aquí?

J. Es como un lugar seguro, buscamos apartarnos de cualquier etiqueta; buscan un sitio donde todo es amable, fácil, ligero. Buscan la libertad que ofrecemos por desechar las etiquetas, entonces se crea comunidad, y eso nos gusta.

Son artistas reconocidos pero su nombre no está en el rótulo.

I. He reflexionado este último año con la gente que nos acompaña y creo que nosotros mostramos, al no ser un espacio con nuestros nombres, que no somos cabeza de nada, y eso nos hace más accesibles. A veces cuando vemos a un profesor lo idealizamos demasiado, y yo no quiero que me idealicen, quiero que me vean imperfecta porque lo soy, no soy un ídolo ni soy inmortal, soy alguien que está en formación permanente, todos los años, y ofrecemos no tanto nuestros nombres sino una especie de hogar.

Formulen un deseo para la asociación en el futuro.

J. Que esté consolidada y sea un lugar que invite a la reflexión a través del flamenco y de cualquier arte. Almería es muy complicada respecto al arte y el flamenco y no queremos caer en lo que no nos gusta ni nos representa. Invitamos a que se acerque cualquier persona que necesite un espacio para expresarse, para sí mismo o para los demás.