‘El peso de la ausencia’: la onda expansiva tras el crimen machista de Mª Carmen

Madrid, 24 de junio de 1973, ocho de la tarde. Mª Carmen Gómez Uriol, de 24 años de edad y un hijo de dos, es asesinada por su marido. Ha retomado Farmacia tras haber tomado la decisión de separarse de Pedro Resino de la Banda, un policía que la maltrata desde la luna de miel. Él lleva meses siguiendo sus movimientos y ese día, en la puerta de un piso en el que está estudiando con unas compañeras de clase, la mata a quemarropa de tres disparos.

El crimen siega de cuajo una vida y provoca una onda expansiva. El dolor insondable en los suyos. Un camino tortuoso para el niño. Y un silencio que asfixia y difumina el recuerdo de una mujer valiente.

Medio siglo después del asesinato machista, Alberto Gómez Uriol, director, guionista y productor afincado en Almería desde hace más de 20 años, recupera la memoria de su hermana en 'El peso de la ausencia'. Un documental que está levantando a pulso, casi sin ayudas públicas. Solo ha contado con una aportación de 7.000 euros del premio Kiko Medina al mejor proyecto de producción almeriense recibido en el Festival Internacional de Cine de Almería (FICAL) en 2021.

Para terminarlo y cubrir los gastos de edición y posproducción ha recurrido a una campaña de micromecenazgo en Verkami en la que se puede colaborar hasta el viernes 27 de octubre. El objetivo son 12.000 euros, pero se pueden seguir realizando aportaciones más allá de esta cifra.

Los testimonios

Para rescatar el recuerdo de su hermana, el cineasta se está apoyando en conversaciones y testimonios de su entorno más cercano rodados entre Calatayud (tierra natal de la familia), Madrid (donde se trasladaron en 1967) y Almería. “La película estará narrada en primera persona. Más que entrevistas, son encuentros en los que yo participo, intercambiamos opiniones, no es pregunta-respuesta”, aclara.

Así se va perfilando el dibujo de una mujer alegre y vitalista hasta que el mal se cruzó en su camino. Un recuerdo que el brutal asesinato y la gravedad del paso del tiempo han ido apagando poco a poco. "La reacción en mi casa sobre la historia y sobre mi hermana fue de muchísimo silencio. Y te queda la sensación que ese silencio hace que la figura de mi hermana se fuera evaporando. Por eso quería hacer el documental, contar su historia, recuperar una parte de su memoria", explica a LA VOZ.

No ha sido fácil. "Mis padres murieron, pero mis hermanos... El silencio cubrió totalmente la historia y cada uno lo gestiona de una manera. Para mí, es una necesidad. Podía haberse quedado en mi ámbito privado, pero es una deuda que tengo con mi hermana. Ella tomó la decisión de separarse de su marido en una época en la que no era habitual, lo que le da un valor enorme a su actitud y al hecho en sí".

El documental cuenta con la participación de Alejandro, su sobrino, para quien el proceso está resultando catártico. “Nos llamamos hermanos, vivió con nosotros desde el principio”, dice sobre el hijo de Mª Carmen. Un niño que sufrió su propio calvario: tras matar a su madre, su padre es condenado a 18 años de cárcel en 1975 y él se va a vivir con los abuelos maternos, pero en 1977 el asesino pasa a régimen abierto (es tiempo de amnistías) y se lo lleva al tener la patria potestad.

“Estuvimos un año sin verlo. Mi padre recurrió, pero entonces se consideraba que ese hombre estaba “preparadísimo para ser un padre responsable”. Eso decía la resolución. Nos estuvo mortificando hasta que se cansó de utilizar al hijo como arma para seguir haciendo daño”, recuerda.

Otro elemento narrativo “más formal” será el expediente judicial sobre la separación y el crimen, una visión externa que se apoya en hechos probados.