En un mundo en el que la juventud es presa de la inmediatez y la banalidad, es admirable encontrar el ejemplo de alguien que ha sabido enfocar su carrera con tanta inteligencia como la trompetista, saxofonista y cantante Andrea Motis (Barcelona, 1995).
Dio sus primeros pasos siendo prácticamente una niña de la mano de Joan Chamorro y la Sant Andreu Jazz Band, y muchos pensaron que estaba condenada a ser una cantante más, imitando a divas como Diana Krall o Norah Jones.
El tiempo ha demostrado que ha sabido progresar con calma y paciencia, pasando por diferentes estilos de jazz, hasta sorprender a propios y extraños con sus últimos trabajos.
El viernes 10 a las 20.30 horas visita el Auditorio Maestro Padilla dentro de la 31ª edición del Festival Internacional de Jazz de Almería ‘Almerijazz’.
¿Qué tal lo de su incursión en el hip-hop y electrónica?
Influyeron mucho mi compañero Christoph y el bajista Stephan Konder. Musicalmente estábamos muy alejados y quizá por eso quise adentrarme un poco en estas músicas, para aprender. Los días de la grabación de ‘Loopholes’ (2022) fueron de los mejores de mi vida.
Pero usted empezó con el jazz más clásico...
Y estoy muy contenta de haber empezado así, por la raíz. New Orleans, el swing y el blues, más tarde bop y hard bop, para llegar a Brasil o a lo más actual. Aunque no sea imprescindible, te proporciona un entendimiento el ver cómo se va desarrollando el lenguaje. Honestamente, a mí al principio no me gustaba el jazz más actual, pero fui evolucionando y entendiéndolo. Ha sido muy disfrutable aprender de esta forma. Lo recomiendo.
Después llegó ‘Emotional Dance’ (2017). Grabar en Nueva York para el mítico sello Impulse tuvo que ser especial…
Lo fue, sobre todo a nivel de colaboraciones, músicos como Joel Frahm, Cafe Da Silva, Gil Goldstein, nuestro Perico Sambeat o Warren Wolf. Intenté sintetizar lo que llevaba haciendo muchos años. Pero me siento más identificada con mis discos a partir del siguiente, ‘Do Outro Lado Do Azul’ (2019), un trabajo donde escucho ya mi propia voz. Junté a un trío de brasileños de primera categoría con mi quinteto habitual y lograr la fusión entre los dos equipos es lo que lo hizo único. Yo quería descubrir música brasileña anterior a la bossa-nova y por eso aparecen temas desconocidos y antiguos. La verdad, no me obsesiona ser una gran compositora. Me encanta versionar, porque hay composiciones extraordinarias no tan conocidas que me gusta sacar a la luz. Es tan interesante como hacer mis propios temas.
¿A quién admira?
En primer lugar a un trompetista muy clásico, Bobby Hackett. Me encantaba su sonido, redondito y bien acabado, y me inspiró para aprender a tocar las melodías. Como cantantes, Billie Holiday y Ella Fitzgerald. Y Parker en el saxo. De los actuales, Esperanza Spalding, Robert Glasper o Larry Goldings. Y la música de Kamasi Washington, que mezcla hip-hop con funk con ese aire algo retro. Pero son inspiradoras, sobre todo, las personas con las que toco, empezando por mi pareja, Christoph Mallinger, que es un gran violinista de jazz. Y, por supuesto, el quinteto con el que he trabajado toda la vida. En definitiva, una se influencia mucho con la gente que tiene alrededor.
Y usted, ¿se ve como un referente para los músicos más jóvenes?
En el día a día no lo pienso, pero si lo soy, que sea para algo tan bueno como la música. Me ha dado muchas alegrías disfrutar de un hobby tan bonito que al final se ha convertido en mi profesión y, en ese sentido, estoy encantadísima al pensar que haya alguien a quien motivo o inspiro.
¿Qué nos ofrecerá en el concierto de Almería?
A Almería voy en trio con el contrabajista Giuseppe Campisi y el guitarrista Josep Traver, con quien estoy desde mi primer disco, es como si fuese mi primo (risas). Me encanta tocar con él, acompaña con un gusto como pocos y me da seguridad. Va a ser un repertorio bastante ecléctico, porque haremos standards, claro, pero también canciones brasileras y algún funk.
¿Y el futuro?
Pues ya estoy con otro proyecto que saldrá en febrero del año próximo y trabajando con un nuevo trío que se llamará Temblor, con violín y percusión. Espero que también sea difícil de clasificar.
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