Conexión. Esa palabra mágica para los artistas, que cuando se produce genera un ambiente muy, muy especial. Martita de Graná lo tiene desde el mismo momento que decidió abrir su casa y compartir sus pensamientos a toda España a través de las redes sociales. Por eso, cuando se subió al escenario, el público ya estaba entregado. Se constató claramente en los datos de la anterior gira, que también pasó por la ciudad: más de 200.000 entradas vendidas. Y se visualizó anoche, con las entradas agotadas desde hace semanas en el Auditorio Maestro Padilla.
Su nuevo espectáculo se llama ‘¡Martita Sea!’, pero el hilo conductor gira alrededor del mismo concepto: las pasiones naturales que todos sentimos, que ya contaban los hombres en sus monólogos y ella, una mujer, se ha atrevido a compartir con el público, preferentemente mujeres, pero cada vez con más hombres en el patio de butacas. Y lo hace con sencillez, mucha gracia y sin ningún pudor. Porque el sexo es algo saludable, y ella lo llama por su nombre. Porque el deseo es un estado mental connatural al ser humano. Y si lo agregamos a la coctelera de la juventud, pues produce unos fuegos artificiales que Martita de Graná lo narra como si estuviera contándotelo en una cafetería, tras una noche loca. Porque, además, cuando una persona sale de fiesta se producen situaciones, a veces divertidas, otras surrealistas, que Martita de Graná adereza para sacarle punta.
Durante más de hora y media, la humorista ha hablado sin tapujos de las relaciones de pareja, formales o esporádicas, desde cómo es dormir con un desconocido a la incomodidad de visitar un baño que no es el de tu casa, rompiendo siempre estereotipos. Su monólogo es también una reivindicación feminista, coetánea a una sociedad que reclama una igualdad real, donde no existen temas tabús, ni en el plano personal ni en la esfera pública. Y lo hace, con su sello, una narrativa deslenguada que encanta a sus miles de seguidores.
De esta manera, entre risas y mucho sentido del humor, Martita de Graná reclama el derecho a ser soltera y no pasa nada; a decidir si quiere tener hijos o no, sin que la sociedad le estigmatice; a disfrutar del sexo como, cuando y con quien le dé la gana… en definitiva, a vivir como quiera.
La segunda parte del espectáculo lo realiza acompañado a la guitarra de David, para versionar temas populares ochenteros, en un karaoke al que se entregan sus fieles seguidores, y que le sirve para adaptar las letras a sus historias y anécdotas que le suceden en su día a día, sean realidad o ficción, y con las que se identifican muchas/os de los asistentes.
El espectáculo se enmarca en la programación de #AlmeríaesNavidad del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, y ‘¡Martita Sea!’ ha sido producido por Kuver. El concejal de Cultura, Diego Cruz, asegura que “estamos teniendo un fantástico trimestre de otoño e inicio de Navidad y los espectáculos que hemos desarrollado en las últimas fechas como los que están por venir en esta Navidad y Reyes tienen ya asegurada una excelente entrada, que en muchos casos apunta a unas entradas agotadas, como ha ocurrido con Martita de Graná”.
De las redes a los escenarios
La historia de Martita de Graná comenzó por subir un vídeo de su tierra y por hacer una pregunta: “¿Qué tiene Granada?”. Así comenzaba aquella grabación que se hizo viral y con la que Marta Martínez García contó en algo más de dos minutos todos los aspectos que hacen de la ciudad de la Alhambra un sitio único. Sus tapas, la ‘milnow’, Sierra Nevada, el Albaicín, la Alhambra, el Granada CF, la gente joven en invierno, la diversión o las universidades fueron algunas de las bondades que Martita de Graná contó al mundo.
A partir de ese momento continuó subiendo nuevos vídeos hasta que en 2019 dio el salto de las pantallas a los escenarios con ‘Mi Padre Flipa’, su primera gira de teatros, que en Almería agotó localidades en el Apolo. Desde entonces, no ha parado de actuar e incluso ya ha realizado varios ‘cameos’ en el cine dada su creciente popularidad.
Durante un momento del espectáculo, la artista se reivindica, recordando que la procedencia para subirse al escenario no importa. La clave es que interesa a un público que compra las entradas y disfruta con sus historias. Como afirmó recientemente en una entrevista, “el que diga que una mujer cómica no vale, que mire las entradas que estoy vendiendo”.
Como arrancaba esta crónica, Martita de Graná es ya un fenómeno con una conexión natural con el público que disfrutó, se rio y cantó con la humorista. Eso sí, al final del espectáculo habló de que con 33 años ya se veía mayor. ¡Con sólo 33! Mucho le queda por vivir y a los demás por disfrutar y compartir con ella.
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