El pasado martes el Colegio Oficial de Médicos de Almería acogió la presentación del libro ‘A ras del suelo’, de Margarita García Carriazo y Laia Bernet Vagué, destacadas profesionales en en el ámbito de la ginecología y obstetricia. Se trata de un emotivo compendio de poesías, imágenes, pinturas y dibujos, además el escrito ha incorporado una línea cronológica y una pieza musical compuesta a piano por un catedrático de la Universidad de Greshwood de Carolina del Norte que se lee a través de un código QR.
“Casi todos los poetas y artistas que han colaborado en el libro han tenido una relación directa o indirecta con el cáncer de mama. Lo han tenido en su familia, lo han tenido ellas, o lo han padecido personas de un entorno muy directo. Con lo cual, el sentimiento que expresa cada uno con su propia mochila biográfica le da unas connotaciones a los poemas que son maravillosas”, así explicó el contenido Margarita García.
Medicina humanista
Este libro, que además de ser un regalo para las pacientes y sus familiares, también es la prueba de que la medicina debe trabajar de la mano de las humanidades. Según las palabras que pronunció la autora citando a Williams-Hartley: “La medicina se debe estudiar como una ciencia, pero debe ser ejercida también como un arte”. Con ello se quiso referir a que “el médico se tiene que acercar al mundo de las humanidades, sobre todo en el mundo en el que estamos ahora, lleno de protocolos, tecnología, sofisticación, prueba diagnóstica, nos alejamos del sentimiento de la persona que tiene un mundo interior, exterior y unos entornos muy diferentes”.
En este sentido, señaló la sensibilidad con la que los médicos deben plantearle al paciente su diagnóstico en cuestión: “cuando informamos al paciente de que padece una enfermedad con posibilidades de progresión y riesgo , que pueden ser invalidantes, resulta que cuando esta persona sale por la puerta, le cambia la vida entera, se derrumban sus expectativas y tiene que empezar a vivir con la enfermedad”.
Oxímoron
El formato, la poesía, no fue elegido al azar, y es que el género literario tiene ciertos elementos que son favorecedores a la hora de estimular el lóbulo frontal. Una de las figuras retóricas que más trabaja esta situación es el oxímoron, donde palabras con significados diferentes, unidas, adquieren un nuevo significado, generando conexiones sinápticas que favorecen el proceso emocional.
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