“Los rockeros somos minoría, pero eso también tiene su atractivo”

Roberto acaba de publicar su primer libro de poemas, K’ALMA, es maestro de inglés en la Compañía de María y además es la voz de la banda rockera Mister Sinmarc. Luis Rodríguez fundó este proyecto musical, que ya ha cumplido diez años y junto a Javier Rueda (bajo) y Luis González (batería) se  aferran a componer rock autóctono resistiendo como “viejos rockeros” a los embates del trap, el reguetón y otros géneros que mandan en las ondas radiofónicas y las plataformas de streaming. El próximo día 28 pueden verlos en concierto gratuito en el club motero Furious de la capital.

¿Ustedes los rockeros son una especie en extinción?

Luis: Como moda, el rock no vive su mejor momento, desde luego. En los años 80 y 90 sí que estuvo de moda, hoy sigue vivo pero no es mayoritario. Somos una minoría, pero eso le da también su punto de atractivo, el hecho de que no sea masivo.

 ¿Por qué ha dejado de ser moda?

Roberto: A la gente joven no le interesan las letras largas que caracterizan al rock, ni que haya que pensar en ellas. Quieren un estribillo fácil, muy repetitivo. Antes lo repetitivo era una sola estrofa, el estribillo, ahora lo es la canción entera.

Precisamente antes era lo más masivo o como se dice ahora, mainstream, y eso a ciertas generaciones nos resulta  chocante.

L: En los años 70-80 sí, hoy en día es música “para viejos”. Entre nuestro público, encontrar a gente de treinta y tantos para abajo es muy difícil. En nuestro Spotify tenemos acceso a los datos de nuestra audiencia, y de cuarenta para arriba son la inmensa mayoría. Luego tenemos a los alumnos de la Compañía de María (risas) que son un público increíble y muy fiel.

Roberto, cuenta usted con una legión de seguidores de su poesía y del grupo entre su alumnado.

Sí, yo antes no era consciente de la influencia que podía tener en ellos con todo esto. Hay alumnos que escriben poemas y me dicen que los profes como yo les motivan, y eso es muy chulo. Es raro el paseo que me pego por el colegio en el que no me asaltan con abrazos, incluso los que ya no son alumnos míos. Son el público más agradecido y me hace muy feliz.

Con esto de ser el escritor del grupo, ¿escribe las letras de las canciones?

Qué va, siempre las ha escrito Luis. No es lo mismo escribir un poema que una canción, los poemas son más difíciles de entender. Hemos experimentado con musicalizar un par de poemas, estamos en ello. Pero somos muy colaborativos con nuestras canciones, todos ponemos algo en ellas.

Tiene las facetas de profesor, músico y escritor. ¿Con cuál se siente más realizado?

Yo desde muy pequeño quería ser todos los cantantes que veía. Mi tía tenía un desván con muchos vinilos, yo me escondía allí, los ponía y a cantar (a lo mejor tenía dos o tres años). Estudié música y piano en el conservatorio, tuve un acordeón…La faceta que más feliz me hace es la de cantante, es un sueño hecho realidad. Ser profesor y escritor también, tengo muchísima suerte.

Sus conciertos son muy animados e intensos, ¿cuál es el secreto?

L: Nuestro fuerte es la energía, nos lo dice la gente. La química que tenemos entre los cuatro, es que no sabemos hacerlo de otra manera. Llega al público porque es real, de hecho los ensayos que hacemos son como una actuación, son conciertos para nosotros, nos sale natural esa energía, y si no es así es que algo nos pasa.

¿Cómo ven el panorama musical de grupos almerienses?

Hay bastantes, pero muy pocos son de temas propios, son casi todo grupos de versiones. Muchos tributos a grandes grupos, muchas versiones. Es lo que llena los pubs y las fiestas, es un valor seguro y lo que da dinero. Nosotros tenemos versiones que intercalamos con temas propios para poder acceder al mercado, pero desearíamos no tener que hacerlo.