Juan Antonio Fernández Narciso nació en Almería el 15 de febrero de 1951 y con 14 años, en 1966, se inició en la fotografía profesional. En él predomina su pasión por la fotografía submarina, el complejo arte de captar instantes vivos y expresarlos a través de una cámara. Y ya, zambullido entre las olas, cuatro años más tarde decidió hacerse instructor de buceo y desde 1974 a 2012 se convierte en el fotógrafo del Centro de Experiencias Michelin Almería. Sus conocimientos fotográficos y madurez profesional le llevaron a permanecer en la empresa más de 40 años, hasta el momento de su jubilación. La fotografía, su ‘hobby’ de juventud, se convirtió en su instrumento de trabajo y en esos tiempos inició la aventura de sumergirse en el mundo submarino, fundando el primer club de buceo en Almería, siendo durante 20 años capitán del equipo andaluz de imagen submarina, que aglutina un nutrido rosario de actividades y premios. Ha organizado tres campeonatos de España de foto submarina y 15 de Andalucía, participando en cuatro nacionales y en seis de Andalucía, llevando aparejado distintos cursos y más de 30 exposiciones.
Vayamos al principio de su interesante historia cumplidos hace unos meses los 63 años.
Con 13 años recién cumplidos y con mi primer sueldo trabajando en la droguería La Mezquita, me compré mis primeras gafas submarinas, un tubo y una caña de pescar en almacenes El Águila que estaba en el Paseo y ahí empezó a hacerme efecto el venenillo de la mar.
Pero no tardó mucho en descubrir lo que ha sido su profesión.
En el año 1965 entré como aprendiz en Foto Leka. Mi jefe Antonio León, aficionado a la pesca, me prestó el libro ‘El mundo del silencio’ del inolvidable y recordado Jacques-Yves Cousteau, y este libro y su magia fue el que me marcó para toda mi vida. Luego en la O.J.E. con 15 años me apunté a un curso de escafandrismo y aprendí mucho de grandes maestros como Paco Crespo Rubí, Sebastián Gómez o Adolfo Olmedo Villarejo.
¿Cómo surgió fundar el primer club de buceo en Almeria?
Empecé como muchos otros con la pesca submarina. Domingo Millón Escoriza fue mi primer compañero de pesca, después los dos nos pasamos al buceo y ya a principios del año 1970 creamos el Club Buceo Crised y ya con mucha ilusión e inquietud empezamos a movernos compitiendo por toda Andalucía.
¿Recuerda su primera cámara fotográfica?
Por supuesto. Fue una Nikonos, pero me duró poco porque me la robaron. Pero mucho más tarde tuve la suerte de conocer al mejor fotógrafo submarino, Manú Campillo, a quien le compré mi primera carcasa submarina y pronto comprobé que la técnica de ejecución de la foto terrestre y la submarina eran “muy diferentes”.
¿Y lo de sumergir una imagen de la Virgen del Mar en la playa del Palmer?
Todo empezó en una romería por los años 70 a Torregarcía. Habíamos hecho una imagen de la Patrona en escayola y la sumergimos allí mismo, pero duró solo unos días. Compramos bronce por las chatarrerías e hicimos otra con el mismo molde en bronce, fondeándola en el faro del puerto comercial. Años después, prohibieron el acceso al faro y quedó abandonada, repararon el faro y la imagen de la Virgen quedó enterrada en los escombros. La recuperamos y la fondeamos a unos seis metros en El Palmer, donde allí lleva más de medio siglo bajo el mar y nuestro club pendiente siempre que no tenga ningún tipo de problemas.
¿Cuántas fotografías bajo el agua lleva realizadas?
Es imposible saberlas. Hasta que comenzó la fotografía digital en el año 2000, las fotos no las enumeraban, pero ya en esta época digital, sí. Estimo que llevaré hechas alrededor de unas 100.000 fotografías digitales.
¿Lo más difícil de fotografiar de la fauna marina?
Hay especies muy pequeñas, difíciles de ver o encontrar y la microfauna aún más. Lo difícil es dominar la técnica y la iluminación correcta en cada fotografía.
Por el Club Crised han pasado actores, músicos, toreros, deportistas y usted lleva 20 años acompañando en la aventura submarina a nuestro David Bisbal.
David empezó su aprendizaje con su gran amigo y entrenador personal, Eduardo Mena (DEP), también instructor de buceo. Después continuó con Jose M. Segura y las prácticas en el mar ya fueron conmigo en “su queridísima” playa de El Palmer y desde entonces siempre que su trabajo se lo permite y vuelve a su querida tierra, buceamos juntos, y ahí seguimos.
¿Y bajo el mar cómo es?
Bucea perfectamente, respeta el medio ambiente y graba unos vídeos magníficos, domina las dos técnicas a la perfección. David es muy buena gente y en el “fondo” lo es aún más.
¿Cuál es el lugar preferido de Bisbal para bucear?
Aparte de aquí en su tierra, que prácticamente conoce perfectamente todas las perlas del litoral, últimamente donde más suele bucear es en las Islas Hormigas
¿Qué fue lo más difícil de enseñarle?
Cualquier cosa que se proponga, David lo hace fácil. No tiene ningún problema, es muy disciplinado y además tiene grandes cualidades innatas ya que es un buen deportista.
¿Se siente miedo al bucear a 10 o 15 metros de profundidad?
Si te da miedo, lo mejor es no bucear. Al mar no hay que tenerle miedo, solo hay que tenerle mucho respeto y cumplir y respetar sus normas.
¿Ha vivido alguna situación peligrosa o de alto riesgo?
Si se cumplen las normas y las leyes, que rigen la práctica del buceo, no hay problema. Pero siempre hay que estar atento.
Cuando Bisbal actúa en Almería, ¿suele ir a verle y le hace las fotografías?
No tengo ninguna exclusiva, soy un profesional más. Después cuando le paso las fotos que le he hecho me da sinceramente su opinión. A sus conciertos siempre voy a verle en la condición de amigo y admirador de su enorme talento. Y como fotógrafo que soy, también ejerzo mi profesión. El aprecio y admiración entre ambos es recíproco.
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