Niño Josele me había hablado de este disco incluso antes de hacerlo. Fue en el pasado Festival de Flamenco, en la plaza vieja de Almería, en una noche de calor y conversación calmada. “Voy a hacer algo bueno”, me dijo, y ahora que lo escucho, le doy la razón. ‘El mar de mi ventana’, que sale a la venta el próximo 5 de junio, es un lujo de disco en el que el guitarrista almeriense ‘regresa’ al flamenco desde su estilo más personal.
Acabo de escuchar el disco...
¿Y qué te ha parecido?
La verdad es que me ha gustado mucho. Es un disco para escuchar varias veces.
Estoy muy contento con él. Ha salido como quería. Los temas los compuse estas navidades, en San José. Hacía un tiempo que tenía ganas de sentarme a hacer algo que expresara el momento artístico en que me siento ahora, que es como si empezara de nuevo, con esas mismas energías, pero más maduro, con las cosas más claras en la cabeza.
Pues sí, eso se nota ahí.
Es un disco muy a mi forma, con las cosas que he madurado a través del tiempo. Aquí saco formas nuevas de ver esta música. Por ejemplo, en una de las bulerías la guitarra, más que acompañar a la voz, juega con ella, hace su propia melodía. Hay como un encuentro entre ambas, la voz y la guitarra, como si se preguntaran y respondieran... Es una forma nueva de verlas, la armonía...
¿Cómo ha llegado a esta etapa?
Lo que hace la madurez son los años, la experiencia. Yo noto que ahora hago las cosas más pensadas, que tengo más claro en la cabeza lo que está bien y lo que está mal. Al fin y al cabo, eso es lo que siempre nos preguntamos los músicos, si algo está bien.
Este disco también es un regreso al flamenco más tradicional.
Mucha gente me lo decía, que ya tenía que hacer un disco de flamenco puro, y después de ‘Española’ me di cuenta de que ya tocaba. Así que en cuanto tuve un tiempo, me escapé y me fui a componer a San José...
¿Por qué allí? Aquí en Almería no nos enteramos...
(Ríe) Es que me fui medio de incógnito para poder trabajar con calma. Aquello me encanta, voy a mi rumbo y es muy tranquilo. En el lugar en que estaba, además, había una gran ventana desde la que se veía el mar, de ahí el título. Me gustó mucho estar en mi tierra, y eso al final se ha notado en el disco: hay una rumba que se llama ‘Cabo de Gata’, y una minera, que es un poco como una taranta, llamada ‘Alcazaba de Almería’.
Es un álbum con colaboraciones de lujo: Paco de Lucía, Tomatito, Duqyende, Estrella Morente...
Más que colaboraciones, es un disco de amigos. Además de maestros, Paco y Tomatito me han apoya y me quiere desde mis comienzos. Contar con el Tomate ha sido una maravilla, un regalo. Teníamos muchas ganas de tocar juntos.
¿Y Paco de Lucía?
Como un sueño hecho realidad. Hemos compartido muchas cosas juntos, llevamos seis años girando juntos por todo el mundo...
Pero, como que inevitablemente, el disco también camina hacia la unión con otras músicas, ¿no?
Es que ya no puedo hacer un disco tradicional puro, ya no me sale de dentro. Pienso que, como lo tengo tan mamado desde chico, y por la influencia de mi padre, que siempre me guió y me enseñó las raíces más puras... Desde que tengo memoria ya tocaba para acompañamiento al cante, al baile
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