Vino a nacer el 17 de febrero de 1965 en la clínica ginecológica de la calle Terriza de Almería por decisión paternal, ya que en esos años sus progenitores vivían en Lubrín. Varios años más tarde, se afincaron en la capital, en una calle cercana a los antiguos depósitos de agua de la avenida Santa Isabel, una zona muy tranquila, de gente trabajadora, con las calles aún sin asfaltar y conservando restos de antiguas acequias. Tras los primeros estudios de primaria en el colegio Virgen del Mar, posteriormente entró en el recién inaugurado Luis Siret, donde compartió clase con el fotógrafo y escultor Rodrigo Valero, el actor Antonio Saldaña y el historiador y músico Manu Artero, entre otros. Y después, llegó la mili en Viator, ‘bla bla bla’… hasta que, con 22 años, junto a su hermano Juan Diego, crearon una distribuidora de películas para videoclubs, el “boom” de mediados de los ochenta y esto lo marcó para siempre.
¿O sea que a usted le inocularon el virus cinematográfico Pajares y Esteso?
Y más gente, hombre. La verdad es que este contacto despertó mi interés por acercarme al cine en sus origines. Empecé a conocer gente que ya estaba metida en el ambiente, he seguido y ya llevo más de treinta años moviéndome por ese fantástico mundo.
¿Pero cómo se define, si es que sabe definirse?
Yo soy “el niño los mandaos”. Aprendiz de mucho y oficial de nada. Me encanta mi tierra, mis gentes, y cada momento que puedo, presumo y ejerzo de almeriense desde los medios en los que me muevo.
¿Es por eso que siempre anda cámara al hombro divulgando todo lo nuestro?
Pienso que, para las críticas negativas, ya existen otras personas, que se encargan de hacerlo muy bien. El único mérito del que puedo hacer ostentación y orgulloso es estar cercano y rodeado de tantas maravillas naturales y humanas de Almería con las que colaboro habitualmente, tratando de darles voz e imagen, tanto dentro como fuera del ‘Reino de Indalia’.
¿Se han hecho realidad los sueños que tenía cuando empezó en este “negocio” de los audiovisuales?
Con creces, yo jamás pensé llegar a estar involucrado de esta manera en este mundo fantástico, que siempre veía con tanta admiración.
¿Cree que el destino profesional lo construye uno?
Pienso que el destino es un cúmulo de circunstancias, unas veces nos vienen dadas desde nuestro nacimiento y otras son las que nosotros vamos construyendo a lo largo de la vida.
¿El músico David Miralles es la persona que más está influyendo en su carrera?
Sin género de duda. Empezamos prácticamente juntos en estas aventuras y desde entonces siempre vamos juntos a todos los proyectos se van creando o que nos lo solicitan. Creo que hacemos un tándem perfecto, yo me aprovecho de su genialidad y él de mis humildes y laboriosas “aportaciones indalianas”.
‘Enséñame a olvidarte’ es la canción que usted escribió, David Miralles musicalizó y Mar Venzal cantó. ¿Hay algún tema más previsto?
Bueno, también escribí la letra del ‘Himno a mi Almería’, a la que David le compuso una música épica excepcional y que está dedicada a esa leal y sufridora afición que este año ha vivido la peor pesadilla con el descenso de categoría. Tengo más canciones escritas que de momento están pendientes que el maestro Miralles haga un hueco. Por cierto, recientemente ha ganado el premio a la mejor banda sonora por el corto ‘Dos balas para el diablo’ de Manuel Olaya en el I Blanes Costa Brava International Film Festival.
¿Qué aporta el Indaliano a la actividad cinematográfica que se hace en Almería?
No soy el más indicado para evaluarme, pero si tuviera que ponerme valores serían los de “cariño y constancia” por todo lo que hago. Con mi trabajo solo trato de dar visibilidad, a tanto talento como tenemos en nuestra olvidada tierra.
¿Cuántos documentales, reportajes, cortometrajes etc. con Almería o los almerienses lleva realizados?
La verdad es que no llevo la cuenta, pero lo más importante no es el número de realizaciones, sino que la suma de todos ellos ha tenido como resultado haber podido conocer y trabajar con grandes profesionales locales, que ya nos está llevando y animando a seguir trabajando para realizar proyectos de ámbito nacional.
De sus premios o trofeos, ¿a cuál tiene más aprecio?
Sin duda los cosechados por’ Los Veranos de tu Invierno’ de la directora Nei Loya: Mejor Corto Andaluz (Premios Lorca); Mejor Corto Almeriense (FICAL); Premio Canal Sur (Festival de Cine de Jaen); Mejor Corto Andaluz (Festival de Cine de Berja) sin olvida ‘Flores para Concha’ de Mabel Lozano, cuya inspiración para escribir el guion le vino a raíz de conocer de nuestra mano, la historia de Concha Robles. Y sumaria también los proyectos donde he colaborado con Nieves Gómez, Olaya, Casado-Guijarra, Diego Pérez y otros tantos. Grandes amigos cineastas.
¿A qué nivel se encuentra el cine en Almería respecto a Andalucía?
Es una buena pregunta, porque si bien es corto, Almería cuenta con un nutrido grupo de grandísimos profesionales, tanto en la parte técnica como artística, aunque lo cierto es que nos falta agruparnos para tener más voz a nivel andaluz. De los más de 200 académicos de la Academia del Cine de Andalucía, en Almería no llegamos a la docena, así que nuestro peso es ínfimo respecto a Sevilla, Málaga, Cádiz o Huelva.
¿Cuáles son los problemas más comunes con los que se enfrenta ante una nueva producción?
Son varios. Desde poder cuadrar fechas de rodaje con los distintos departamentos artísticos y técnicos, los permisos para rodar en los inmensos parques y parajes naturales, etc, aunque para una productora, el eterno problema siempre ha sido y es la financiación
¿De quién aprendió más?
De tod@s y no estaría bien singularizar a ninguno, porque de unos se aprende lo que hay que hacer y de otros… lo que nunca hay que hacer (ja ja ja), es broma. De todos los rodajes vienes aprendiendo técnicas y trucos nuevos para poder aplicarlos después a tus proyectos. Es cierto que trabajar con directoras de la talla de Mabel Lozano o Nei Loya curte mucho y son impagables master class, pero también se aprende mucho de los directores de fotografía, sonidistas, directores de arte, editores…
¿Quién le bautizó con el apelativo de El Indaliano?
Un lubrinense, llamado Ignacio Mañas (ja ja ja) que pensó en ese sobrenombre por la devoción que le tiene a su icónico Indalo, así como en homenaje a aquel variopinto grupo cultural, que se creó en los 50, para reivindicar nuestros valores culturales. De hecho ‘El Indaliano’ lo tengo como marca registrada.
¿Qué papel va a tener, o tiene ya, la Inteligencia artificial en el mundo audiovisual?
Uffff, eso ya da miedo. La IA tiene ya tanto poder que es capaz de sustituir cualquier elemento técnico y artístico, excepto uno que es insustituible, “el alma”, que es lo que distingue a las personas de las máquinas. Así que en la próxima entrevista deje de utilizar la máquina, je je.
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