La otra cara de María “La Rabota”

Lleva más de cuarenta años viviendo y respirando flamenco y está especialmente comprometida con el arte del taconeo y el desplante. “María La Rabota”, es el nombre artístico de una de las bailaoras con mas solera de la provincia de Almería que pone el alma en cada baile siendo maestra de varias generaciones de bailaoras. Esfuerzo, sacrificio y dedicación.

Ahí radica el secreto de esta profesión para María del Mar Hernández Tamayo, bailaora paya, más conocida en el mundo del baile flamenco con el nombre artístico de “La Rabota”, nacida el 15 de agosto de 1968 en la barriada de Pescadería donde se crío en el ambiente flamenco junto a grandes artistas como Jose Fernández Torres “Tomatito”, Niño Josele, Pepe y Juan Ortega, Jose Santiago “El Negrillo” o Rocío Segura entre otros grandes del flamenco.

¿Qué edad tenía cuando supo que quería ser bailaora?

Con tan solo once años empecé a conocer los ambientes flamencos de Almería y ya con doce años entré a formar parte del Grupo Municipal del Ayuntamiento. Me presenté de adolescente a varios concursos y logré el primer premio en locales muy populares y de nivel en los años setenta, como fueron Los Rocieros, Disco Club 13, Baroque, Club Fenec, LP, Apocalipsis., etc.

¿Cuándo decidió buscar nuevos horizontes?

Empecé como bailaora flamenca en tablaos de toda Andalucía y tras unos años de experiencia formé el Espectáculo Flamenco “María La Rabota” participando en festivales de toda España actuado junto a todas las primeras figuras del cante, del toque y el baile. Una bonita etapa profesional, de evocadores recuerdos.

Y ya su proyección se fue rápidamente ampliando

Actué en varios congresos nacionales e internacionales de la Universidad de Almería. Pionera en el programa PACA de Diputación y durante cinco años cerré “La Semana Grande del Taranto” actuando en Francia, Italia, Austria, Suiza, Bélgica y Rumanía. Participé en los cursos de la Universidad de Almería “Danza para todos" y en el “Encuentro internacional del Mediterráneo 2005 siendo tres veces finalista del Festival Internacional del Cante de las Minas. En el 2015 la Junta de Andalucía me entrego la Medalla de Oro al reconocimiento artístico y ese mismo año la peña El Arriero de Viator me impuso el escudo de oro de peña por mi labor en el flamenco.

¿Tiene algunas palabras para definir su baile?

Lo mío es puro carácter racial, temperamental y autodidacta.

¿Qué tiene de especial para usted el flamenco?

Si le soy sincera, todo. El flamenco ha sido y es mi forma de vivir. 

¿En qué rincón de su alma reside ese temperamento que saca cuando sale al escenario?

El temperamento va surgiendo conforme se va bailando y sale de dentro del corazón. Eso me hace tener esa fuerza que a veces ni yo mismo entiendo, ese impulso temperamental qué ni yo misma me reconozco cuando me veo.

¿Es fácil aprender a bailar flamenco?

Todo el mundo que se lo proponga puede aprender a bailar flamenco. Hay que tener afición y ganas de aprender, ya que para eso están las academias. 

¿Quién baila mejor? ¿La mujer o el hombre?

No puedo pronunciarme, ni hacer una distinción rotunda, ya que igual que hay bailaoras que me encantan. también hay grandes bailaores que son fenomenales. 

¿Qué le ha enseñado a usted el flamenco?

Como he comentado anteriormente el flamenco me lo ha dado todo en mi manera de vivir, y me siento muy afortunada porque disfruto, vivo y trabajo en lo que me gusta por eso le digo, que soy feliz sencillamente porque amo lo que hago. 

¿Qué le dice el nombre de Carmen Amaya?

Arte, fuerza, duende, pureza… Carmen Amaya era un volcán de emociones y cuando levanta las manos, no puedo evitar que se me pongan los pelos de punta. 

¿Con que palo del flamenco se identifica más o  se encuentra más a gusto?

Sin genero de duda con El Taranto de Almería.

¿Cuál ha sido el palo más difícil de bailar?

Pues eso no lo sé, porque nunca he dejado nada por imposible y cuando hay algo que no sé, lo busco. Antiguamente en mi época, hace cuarenta años no había Internet ni había nada como ahora, que con la tecnología y un ordenador puedes aprender de todo. 

¿Cuándo baila suele improvisar mucho o no se sale del esquema fijado?

Por supuesto que el baile lleva una cuadratura y un trabajo detrás, pero a mí me encanta la improvisación. Y lo hago mucho bailando, el arte se mete en el alma y brota espontáneamente al juntarse el duende con el sentimiento. La   emoción te embarga sintiendo cercano el aplauso y el olé del público.

¿Qué se aprende en un tablao que no se aprende en el escenario?

En el tablao es donde se hace el rodaje de una profesión y donde la proximidad del publico nota tus nervios, siente tu olor, o cualquier detalle cercano, cosa que en un escenario no se ven ni se aprenden.

¿Qué importancia tiene el estado de ánimo a la hora de bailar?

Mucho, cuando estas triste el baile aflora tus sentimientos. Yo he bailado por tarantos y he llorado de pena, lo mismo que cuando estas alegre, lo trasmites  y el público se impregna de esa alegría.

¿Se baila flamenco ahora igual que cuando usted empezó?

¡!No¡! El baile antes era más añejo, ahora va todo tan medido y con tanta técnica que a veces se olvidan que están bailando flamenco….

¿A los jóvenes les interesa el flamenco?

Mas bien no, aunque no todos, pero mayoritariamente se les ve mas inclinados por el reguetón. 

¿Quién ha sido la mejor bailaora de flamenco de Almería?

Eso no lo puedo decir yo, eso lo tiene que decir el público. Lo que sí puedo decir, es que soy la bailaora más longeva y en activo de Almería. Cuarenta años en los escenarios y unas décadas como docente dirigiendo dos centros de danza en Almería, una en la barriada de Pescadería y otra en Aguadulce que se llama Cambalache. 

¿Sabía que Carmen Dauset “Carmencita” nacida en Almería en 1868 ha sido la primera bailaora española más universal?

Había oído algo de esta gran mujer que marcó un hito en el baile y que se fue de pequeña con la familia a EEUU donde vivió y desarrolló su carrera artística. Básicamente lo que todo el mundo sabe de su biografía.