Nadie sabe cómo ha llegado allí, pero los vecinos la conocen desde siempre. Incluso la llaman por su nombre. La vid silvestre. El Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) ha localizado la planta madre de la uva de Almería en el paraje La Cerrá de Tíjola. Está en un lugar espectacular, en la pared de un pasillo estrecho. “Es casi un bonsai. Tal vez haya sido el viento el que la ha llevado hasta allí, o quizá la deyección de un pájaro”, opina Antonio Rubio Casanova, del GEM. El caso es que su hallazgo es importante para el proyecto de Biodiversidad Domesticada de este grupo y, sobre todo, para la provincia.
En el año 2004, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta publicó el libro ‘Las poblaciones andaluzas de vid silvestre’, en el que se daba cuenta de la presencia de esta planta en todas las provincias de la región salvo en Almería. “Almería se excluyó porque no tenían contactos que constatasen que existía. La vid silvestre es una planta mediterránea que ha acompañado a la geografía de la zona toda la vida. Además, durante siglos nuestra provincia ha estado centrada en el cultivo de la parra, por lo que era muy fácil encontrar vid silvestre aquí, siempre que la buscáramos, claro”, argumenta.
Domesticar una especie
Esta planta primigenia constituye la base de las 55 variedades de parra que hay catalogadas en la provincia. A lo largo del tiempo, el hombre fue injertándola y adaptándola a los terrenos de Almería hasta que dio buenos racimos y originó la uva actual. “Digamos que consiguió domesticar esa especie. Las plantas viven donde pueden vivir y tenemos que aprovechar su sapiencia, lo que conservan genéticamente”, explica Antonio Rubio Casanova.
Según cuenta, en la actualidad existe una tendencia de volver a lo primigenio, muchos investigadores están estudiando las vides silvestres, que tienen una importancia terrible para analizar la evolución de las variedades. “En Almería no se había dado a conocer de forma oficial que existían esas poblaciones”.
Además, después de dos años intentando reproducir esas viñas salvajes, el Grupo Ecologista Mediterráneo ha logrado que broten seis en un vivero. De ellas, cinco pies crecerán ‘in situ’, es decir, en el mismo paraje de La Cerrá de Tíjola donde se ha encontrado la planta madre. De esta forma, se asegura la pervivencia de la variedad y se mantienen sus características originales.
El sexto pi se trasladará al parral del Museo de Terque, con el que el GEM colabora activamente. En éste se encuentran representadas las 55 variedades de parra catalogadas. Ahora la gente se podrá trasladar hasta allí para descubrir el origen de la uva de Almería. El objetivo final consiste en dar de alta ese banco genético con los medios y el material adecuado para distribuir las plantas a centros de información y universidades de todo el mundo.
Estas acciones se enmarcan en el proyecto de Biodiversidad Domesticada del GEM, que tiene como objetivo prioritario desarrollar un compromiso adquirido con el medio ambiente almeriense, el fomento de un desarrollo agrícola sostenible. El proyecto busca, localiza y rescata, si es necesario, especies cultivadas de forma tradicional en los distintos territorios agrícolas almerienses. Pese a estar centrado en el cultivo del parral, también incluye la recuperación de especies hortícolas y variedades de frutales.
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