La primera mujer taxista de Almería dio ejemplo en un sector donde sólo trabajaban hombres y en un tiempo donde el machismo estaba muy arraigado. Luchó contra viento y marea por hacerse un hueco en el mundo de la conducción y peleó por ser respetada profesionalmente como mujer. Hace siete años, en el mes de enero del pasado 2017, Antonia Camacho Bayo, la primera mujer taxista de Almería capital, se jubiló del gremio del taxi. La ATA en el mes de noviembre de 2016 le otorgó el premio a la Mejor Trayectoria Profesional.
Antonia Camacho no siempre ha vivido en nuestra provincia. Cuando se casó, con 19 años, se fue a Alemania, donde vivió alrededor de unos seis. Cuando llegó, descubrió un mundo nuevo: las mujeres trabajaban en prácticamente todo. Recuerda que en una ocasión le dijo a su marido alucinada: “Mira, una mujer taxista”. Cuando volvió a España, empezó a trabajar en hoteles como limpiadora y al final, con el apoyo de su ex marido, que también era taxista, decidió sacarse el carnet de conducir y comenzar a trabajar en la profesión.
Ya en el año 1988 pudo por fin comprar su primera licencia para desarrollar esta actividad. A lo largo de su dilatada vida profesional se ha encontrado inmersa en numerosas situaciones, unas muy agradables y otras menos. Antonia Camacho recuerda que una vez llevó a Joaquín Sabina, que le regaló dos entradas para su concierto. No fue el único artista que pasó por su coche: también llevó a Joan Manuel Serrat y a Julio Iglesias. Ha llevado incluso al ex ministro José Barrionuevo en varias ocasiones y al conocido cantante David Bustamante. Ahora disfruta con su familia, hijo y nietos su merecida jubilación.
¿Recuerda cuál fue la primera carrera que hizo?
Esas cosas son difíciles de olvidar a pesar del tiempo transcurrido. Mi primera carrera fue al campamento Álvarez de Sotomayor de Viator, llevando de cliente a un militar.
¿Y con qué coche empezó a trabajar? ¿Recuerda la matricula?
Hay cosas que se quedan grabadas para siempre y el paso del tiempo no consigue borrarlas. Fue un Seat Málaga de butano cuya matricula era AL 2507J.
Cuándo alguien subía a su taxi y veía que su conductor era una mujer, ¿la miraban con extrañeza?
Pues sí, hubo algunos que al ver que el conductor era una mujer no querían subir al taxi y otros, incluso ya dentro del coche, se bajaban. Con el paso de los años poco a poco la cosa se fue normalizando y actualmente ese tipo de problemas no existe.
¿Cuántas mujeres taxistas hay en Almería?
Actualmente hay 26 mujeres taxistas.
¿Están ahora más seguras las taxistas que cuando usted empezó en 1987?
Sí, están más seguras, pero, aunque ahora existan más medidas de seguridad y medios, ser taxista no deja de ser un trabajo peligroso y de un cierto riesgo para cualquier compañero o compañera.
¿Cuántas veces conduciendo le han dicho eso de …'Mujer tenías que ser'?
Eso fue algo muy común que se decía en esos años... ¡Y mandarme a la cocina a fregar platos! Me lo tomé con cierto humor, pero muy pronto a la primera semana de estar trabajando dejé de echar cuentas a estos singulares “piropos”.
¿En el taxi se ven cosas de cómo es realmente la sociedad?
Sí, claro, y directamente por eso estoy soltera todavía. Se ve la realidad de cerca y se distingue perfectamente lo que es la verdad de lo que es la mentira.
¿Ha sentido miedo alguna vez llevando pasajeros un tanto extraños?
Si le soy sincera, muchas veces. En mi época era todo muy difícil, había muchos hábitos y comportamientos anómalos.
¿Prefería los turnos de servicio de día a los de la noche?
Le puedo decir que personalmente yo estuve mucho tiempo en la noche, simplemente porque me gustaba más. Era mucho menos estresante y me organizaba mejor para salir adelante con los temas de mi casa.
¿En las paradas como mataba el tiempo esperando clientes?
-En esos años ,el teléfono móvil no existía, así que mataba las horas libres haciendo crucigramas, rellenando sopas de letras, escuchando la radio o hablando de cualquier tema con los compañeros y así se iban soportando las esperas.
¿Los estereotipos de género, la falta de acceso a recursos y capacitación y las preocupaciones por la seguridad siguen vigentes hoy en la mujer taxista?
No hay ninguna diferencia sustancial ahora mismo entre hombres y mujeres, lamentablemente los problemas y las preocupaciones en el sector del taxi son los mismos.
¿Considera que ser mujer y taxista es un trabajo sacrificado?
Sí, sobre todo porque al ser autónomo tienes muchas preocupaciones y estamos muchas horas en la calle fuera de casa y se necesita ayuda familiar para poder llevar y sacar adelante una casa.
¿Se llega a taxista por vocación o por necesidad laboral?
Yo diría que casi el 80 o 90 por ciento, como podría ser mi caso, se llega por necesidad personal o circunstancial.
¿A usted sus compañeros del gremio cuando la reconocen si toma un taxi suelen cobrarle el servicio?
La verdad es que actualmente no suelo coger taxis, me muevo con mi coche y otras veces utilizo el autobús.
Usted es mujer y madre de taxistas. ¿Le gustaría que algunos de sus nietos siguiera la profesión?
Pues la verdad es que no, ¡para nada!
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