Tal día como hoy, un 6 de diciembre de 1984, se estrenó en España ‘La historia interminable’, adaptación cinematográfica de la novela homónima de Michael Ende. Si la obra original despertó la afición lectora de muchos jóvenes, la película enamoró a toda una generación de espectadores, más en un año en el que la cartelera norteamericana recibió títulos tan míticos como ‘Gremlins’, ‘Los cazafantasmas’, ‘Karate Kid’, ‘Indiana Jones y el templo maldito’ y ‘Terminator’, entre otros.
‘La historia interminable’, primera incursión en Hollywood del alemán Wolfgang Petersen (responsable tres años antes de la claustrofóbica ‘El submarino’, con la que optó a seis Óscar), es, además, uno de esos filmes vinculados a la historia del cine rodado en Almería. En la pantalla, la provincia se transformó en el reino de Fantasía, donde se desarrollaba buena parte de la acción.
Escenarios clave
El rodaje transcurrió entre el 2 y el 6 de agosto de 1983 con un equipo técnico muy reducido y un único actor: Noah Hathaway, el niño que encarnaba al guerrero Atreyu.
Son pocas escenas, pero importantes en la trama y para la propia producción. “La película apenas tiene secuencias en exteriores reales: casi todo fue realizado en los Bavaria Studios de Múnich. Por un lado, están las secuencias de la playa con Atreyu perseguido por el lobo Gmork, que se ruedan en la playa de Mónsul, en San José. Además, se filman cabalgadas del personaje por Tabernas, en El Búho y El Cautivo, y planos desde el aire en Cabo de Gata”, relata a LA VOZ Víctor Matellano, director de cine y teatro, guionista y escritor cinematográfico.
Matellano es también el comisario de ‘La historia interminable by Colin Arthur’, exposición que conmemora en el Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada los cuarenta años de ‘La historia interminable’, título que congregó en España a más de 2,5 millones de espectadores.
La muestra contiene criaturas como el dragón Fújur o el caracol veloz, creaciones de Colin Arthur, mago de los efectos especiales que se puso a las órdenes de directores como Stanley Kubrick, Ridley Scott, David Lean, Steven Spielberg, Richard Lester, Sam Peckinpah, John Milius, Pedro Almodóvar o Alejandro Amenábar, destacando sus trabajos con Ray Harryhausen.
Vinculado desde los años 60 a nuestro país, Arthur estableció su taller en España durante cuatro décadas. Una relación que comenzó con ‘Charley, el tuerto’, rodada precisamente en Almería.
“La mayor superproducción del cine alemán”
Además de regalar al cantante Limahl el mayor y único éxito de su carrera, la película se vendió como “la mayor superproducción del cine alemán de todos los tiempos”, aunque se rodó en inglés y se ambientó en Norteamérica. Los productores compraron los derechos de la novela de Ende, que ni quería a Petersen ni quedó feliz con el resultado: pidió borrar su nombre de los créditos y pleiteó para que no se utilizara el título de su libro.
Tal y como recoge Víctor Matellano en su libro ‘Colin Arthur. Criaturas, maquillajes y efectos especiales’ (Sial-Pigmalión), el artesano, que se incorporó al proyecto cuando no existía guion, solo la novela, sería finalmente mucho más que el supervisor de efectos especiales de maquillaje y esculturas.
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