El Pulpop de Roquetas de Mar reventó sus registros el pasado sábado en su octava edición, la más exitosa, la de más público y la más osada. Desde la organización del área de Juventud del Ayuntamiento de Roquetas se estiman en 5.500 personas las que asistieron al festival, el único gratuito en su categoría, mucha categoría. Por primera vez tuvieron que abrir las puerta s de la última grada de la plaza de toros y hubo momentos en los que los guardas jurados tuvieron que frenar la entrada de público.
El cartel no tenía un claro gancho principal; al inicio se lo disputarían Anni B. Sweet, cantautora malagueña de moda y los veteranos granadinos Niños Mutantes. En cuanto a público, el mayor lleno se registró durante la actuación de estos últimos. Sin lugar a dudas, la tradición de traer grupos de la maravillosa cantera de Granada asegura un plus de visitantes de la provincia vecina, y así fue. Hasta un autocar llegó de la ciudad de la Alhambra, aseguraba Maria Angeles Alcoba, concejal de Juventud, que radiaba de alegría por el éxito.
En cuanto a calidad, todos los grupos rayaron la excelencia. Empezando por los almerienses Galaxina, que lidiaron con el siempre difícil toro que abrió la noche y tocaron siete canciones en media hora. Esta magnífica banda de Berja trabajan para sacar su primer disco y quieren salir de Almería.
Les siguieron los catalanes Stay, disfrutables hasta el paroxismo de su sicodelia, sonido acid de muchas épocas apoyado en su órgano Hammond fundido con sus riffs. Aprovecharon su gran actuación para grabar dos videos que usarán como promoción.
Tras Stay, la aparición de Annie B. Sweet supuso un escalón más en la noche. Presentó su último disco, ¡Oh, Monsters!. Llevó en su banda al guitarra de Havalina Manuel Cabezalí, conocedor del festival roquetero. “Estoy muy relajado aqui, los arreglos de guitarra son míos”, declaró tras su actuación. Durante la misma tuvo especial protagonismo la trompeta de Alejandro Serrano, magnética e hipnotizante, recordando los mejores momentos de Morricone con imágenes de Almería.
Y llegaron Niños Mutantes
Y sonó Because de los Beatles y comenzaron los Niños Mutantes. Para entonces la plaza ya estaba a rebosar. Los 36.000 watios de sonido y 120.000 de luz puestos a disposición de las canciones de la banda granadina, rítmicas y dramáticas a un tiempo. Desde el primer momento se comprobó por los coros colectivos desde el albero que los granadinos iban a ser los triunfadores de la noche. Las primeras canciones fueron las del último disco. Llegó “Caerán todos los bancos”, casi convertido en himno del 15-M y el reclamado “Errante”. Su cantante tuvo unas palabras de reconocimiento a José Luis Pérez, alma del festival. Todo el mundo entregado. Todo el mundo quería más pero acabó. Y llegó la novedad en ocho años de festivales en la plaza de toros. Muchos se quedaron atónitos cuando comenzó el espectáculo de Zombie Kids, DJs de raves, de música electrónica ¡sin melodía!, casi un anatema para cualquier amante del pop-rock. El pulpop extendía sus tentáculos, se estaba saliendo de su fórmula de éxito pero nadie se movía, hasta parecía que hubiera más gente. Ya eran las tres, las cuatro y la gente seguía bailando sin pop, pero arriba, en el pub JJ Smiths, el DJ Angel Pop demostraba a un centenar de personas entregadas que el pop-rock, de Lori Meyer a Beach Boys también puede hacer bailar y mucho co
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