“Es un thriller en el que plasmo el ambiente estudiantil del Vélez Rubio de los años 60”

‘La sombra de Anubis’ llega este domingo 12 de agosto a todos los quioscos por 1,50 euros junto al periódico. Se trata de la segunda entrega de la colección ‘Narradores almerienses’ que este verano han vuelto a lanzar LA VOZ, Arráez Editores y Cosentino. En la misma, su autor, Serafín Pozo (Tíjola, 1955), describe el ambiente estudiantil del Vélez Rubio de los años 60, al tiempo que crea un thriller inspirado en el antiguo Egipto.
“Yo soy uno de tantos niños del Almanzora que tuve que irme a estudiar Bachillerato a Vélez Rubio y la novela se basa precisamente en esa época, en los años 60. Describo el ambiente estudiantil y aprovecho para meter ficción de un personaje del antiguo Egipto, Anubis. Es un thriller mezclado con realidad. Digamos que hay un 60 por ciento de la realidad de mi adolescencia”, explica Pozo en declaraciones a LA VOZ.
El punto de partida de esta novela corta de verano son tres personajes que están marginados: el hijo de un sepulturero, el hijo de un republicano y la hija de un policía secreta. Los tres se unen para hacer actividades de cara a llamar la atención de una sociedad que los oprime. “La intención del libro es aprovechar aquel tiempo que, a pesar de desarrollarse durante el franquismo, fue bueno para construir una novela. Y luego está la cuestión del enigma, todas las tramas que contienen uno enganchan más al lector”, apunta.
Siguiendo la filosofía de la colección ‘Narradores almerienses’, la obra está concebida para leerla al calor del verano. Asimismo, tiene referencias almerienses, ya que además de estar ambientada en los Vélez, tiene guiños al pueblo natal de Pozo, Tíjola, y no deja de ser un homenaje a los profesores y alumnos que estudiaron en Vélez Rubio en aquella época.
Serafín Pozo, en la actualidad afincado en Barcelona, tiene cinco novelas publicadas, algunas de ellas autoeditadas y otras con el respaldo del Instituto de Estudios Almerienses. A pesar de escribir poesía en su adolescencia, durante más de veinte años se volcó en la pintura al óleo. Sin embargo, ganar el primer premio de narrativa corta ‘Ciudad de Tíjola’ en 1999 le permitió reencontrarse con su faceta literaria. Fiel seguidor de esta iniciativa de LA VOZ, Arráez y Cosentino, decidió probar suerte con uno de sus textos. Así comenzó esta aventura que no terminará mientras haya un lector dispuesto a sumergirse en su prosa.