Elena Tinickaya, el arte de ilustrar novelas con cartulinas de colores

Cartulinas de colores. Tijeras. Un escáner. Y mucha imaginación. Éstas son las herramientas de las que se vale Elena Tinickaya a la hora de ilustrar la colección ‘Narradores almerienses’. La artista ucraniana afincada en Vera lleva implicada en la iniciativa de LA VOZ, Arráez Editores y Cosentino desde el principio. “Ya la siento como algo mío. Estoy muy contenta del trabajo realizado y espero seguir mucho tiempo”, explica.

El proceso creativo que emplea Tinickaya es más o menos sencillo. En primer lugar, lee atentamente cada relato de cara a desentrañar su esencia. “Trato de captar su estilo. Mis dibujos suelen reflejar algo simple, una idea, un ambiente; no quiero complicar las cosas ni tampoco contar el argumento. Como ya llevamos algunas ediciones, sé lo que busco, no tengo dudas”, indica.

Una vez que decide cómo plasmar el alma de la obra en cuestión, se emplea a fondo con las cartulinas, unas tijeras de manicura y un pegamento de barra. “Son manualidades, nada de ordenador. El efecto deseado se logra con un buen escáner y tiene dos dimensiones. Es algo muy decorativo sin volumen ni sombras”, detalla.

En este entrega, Elena Tinickaya ha diseñado la portada de una historia que, pese a ser contemporánea, presenta cierto misticismo y está relacionada con el antiguo Egipto, ‘La sombra de Anubis’, de Serafín Pozo. De ahí que incluya a un dios de la muerte con cabeza de perro. ‘La gacela negra de Zagora’, de Francisco García-Quiñonero, habla de un enamoramiento confundido y su primera página muestra el perfil de una Cenicienta marroquí. ‘Lo que queda de nosotros’, de Francisco Pérez Baldó, tiene como carta de presentación un mar en calma. No en vano, versa de una pareja madura que viaja al origen de su relación. Por último, la obra que llega este domingo a los quioscos, ‘El ojo de Lucas Belor’, de Sole Reche, incluye a un pintor frente a la fatalidad de un lienzo en blanco.