Ha estado cerrada cerca de cuarenta años. Todos la recordaban de sus años de gloria, en la plaza de Alhabia, y algunos sabían que allí continuaba, dormida como en un cuento de hadas. Y ella, simplemente, permanecía con su aroma de toda una época, con sus recuerdos de un tipo de vida quecomienza a escurrirse entre los dedos en la memoria de esta sociedad atribulada y apurada.
Tal vez por eso los hermanos Ruiz Ortega, nietos de Fulgencio Ruiz Maruenda, el fundador de la tienda ‘La Modernista’, han querido donarla al Museo Etnográfico de Terque, verdadero referente de la etnografía en la provincia, que le ha dedicado un espacio propio en el teatro Manuel Galiana de esta localidad y abrirá una nueva línea expositiva, dedicada a los textiles y la moda. “Sus testimonios y recuerdos nos han permitido reconstruir fielmente la historia de la tienda”, explica Alejandro Buendía, director del museo. “Nuestro agradecimiento a ellos”.
Cruce de caminos
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, Alhabia era el centro comercial de la comarca. En sus plazas y calles había comercios de tejidos, comestibles, alpargatería, cerería, farmacia, talabartería... Eran los tiempos en que se decía: “En los comercios de Alhabia se venden hasta calenturas”, por sus completos surtidos, y “Las mujeres de Terque ponen el perol en la lumbre y van a Alhabia a por la carterilla de azafrán”.
Su lugar estratégico en un cruce de caminos entre Almería, Granada y la Alpujarra, y la existencia los lunes del único mercado semanal de toda la comarca, la dotaban de una vida y una actividad que atraía a emprendedores de tierras vecinas. La mayor parte de comerciantes de tejidos y pañería de la provincia de Almería procedía de la localidad murciana de Fortuna, y entre los negocios que pusieron destacó la elegante y bien surtida tienda de tejidos ‘La Modernista’, de Fulgencio Ruiz Maruenda, hijo de un fortunero, Matías Ruiz Gomariz, que en 1894 instaló una primera tienda de tejidos en Alhabia.
En 1903, Fulgencio renovó el negocio con la tienda de tejidos y sombrerería bajo el nombre de ‘La Modernista’, en la plaza de la Constitución, un establecimiento que fue atendido de forma continuada por sus hijos, Fulgencio y Mariquita Ruiz Palazón, hasta 1977. Sus estanterías, sus armarios y su mostrador fueron realizados por la familia Salmerón, carpinteros de la Alhabia, y este mobiliario es el que se ha recuperado ahora para el Museo Etnográfico de Terque.
Telas, sombreros, géneros
En ‘La Modernista’ se despachaba todo tipo de telas y lienzos, desde las más rústicas a los más selectos. Desde alpaca, balleta, batista, bombasi, o crespón, hasta muselina, organdí, percal, pique, raso, satén, seda, yute, vicuña... Más de 40 tipos diferentes aparecen registrados en sus libros, verdaderas joyas bibliográficas.
Como medida para cortar los lienzos se usaba la antigua vara, que equivalía a 835 milímetros, resistiéndose a la utilización del metro, que estaba en uso, desde 1852, como el sistema métrico decimal. El establecimiento también tenía personas como vendedores, a cambio de una comisión, en algunos pueblos, como Alboloduy.
Se vendían géneros confeccionados, como alfombras, camisetas, capas, mantones, mañanitas, medias velos, tocas, tapetes y toquillas. En sombreros, uno de sus géneros más vendidos era el “sombrero paja, catalán, andaluz, modernista, gorra de pana”.
En los años 50 también
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