Magia, talento y variedad en el intenso ciclo que ha acogido la sala Clasijazz

Desde que el pasado miércoles Dorantes sedujera a la audiencia con su piano, hasta ayer domingo, con una jornada doble cargada de  metal y del genio de Perico Sambeat, la sala Clasijazz ha vivido su primer gran ciclo de la temporada con una serie de conciertos muy diferentes en su contenido, pero todos ellos capaces de generar magia y de derrochar talento.
Quizás sea de justicia destacar el concierto de Fred Hersch sobre el que el pianista almeriense Ramón García afirmaba después de la actuación que se trató de “uno de esos pequeños milagros que ocurren de vez en cuando y que hacen que los que llevamos toda la vida dedicados y entregados a la música nos digamos a nosotros mismos: no me equivocaba, esto es lo que quiero. Nada más claro y contundente.
Eso sucedía en la noche del viernes. El sábado le tocó el turno a Magüey, una formación que es capaz de construir una especie de Panamericana musical para recorrer los lugares más bellos de la sensibilidad musical hispanoamericana. Esta formación, de exquisito nivel técnico y artístico, permitió disfrutar de temas de toda la vida de una manera inmediata, sin interferencias de productores discográficos.
El domingo por la mañana le tocó el turno a los más pequeños, que disfrutaron de otra deliciosa sesión de jazz infantil bajo el título De la troglotrompeta a la tuba láser.
Y por último Perico Sambeat. Poco hay que añadir ante una cita con uno de los nombres más relevantes del panorama jazzístico español.