Piropos y aplusos para Pastora Soler de un público entregado

Aplausos y móviles recogiendo el instante recibieron a Pastora soler antes de que se alzara el escenario. El Maestro Padilla se había llenado el sábado por la noche de un público comprometido con la cantante que se sabía de memoria muchas de sus canciones y que estaba dispuesto a arroparla entre vítores y ovaciones hasta hacerla sentir como si estuviese en su propia casa.
Pastora Soler apareció envuelta en la sugerente naturalidad de un camerino imaginario, desde el cual conectó directamente con el patio de butacas.  A penas habían sondo los dos primeros temas, cuando el entendimiento entre la cantante y sus seguidores comenzó a dar sus frutos, generando así una atmósfera que fue haciéndose cada vez más densa a medida que avanzaba la velada.
Pastora Soler alternó temas de intensidad rítmica con baladas emocionalmente intensas, para que el auditorio respirara a gusto con su música.
Al público
A veces, se dirigía al respetable para mostrar su agradecimiento o para subrayar la importancia del calor del público en la vida del cantante. Y para ensalzar la figura de Bisbal, intervención esta que desató las aclamaciones más efusivas.
La cantante también expresó con sus propias palabras su compromiso con el amor, plasmado después en las letras de sus canciones. El amor en todas sus facetas posibles y también en todos sus motivos tópicos como parece obligado en la música comercial.   A Pastora no dejaron de piropearla ni de contestar a sus exhibiciones de voz con aplausos rendidos.
Cariño
Nadie quería quedarse atrás en el cariño hacia esta cantante que se hizo famosa con su Dámelo ya y que recientemente representó a España en Eurovisión. Por eso, cuando este tema prestado del argelino Khaled comenzó a sonar, a Pastora se le sumó el coro del patio de butacas.  Después, el concierto fue adquiriendo un talante más enraizado, dejando sitio a la copla y a los matices flamencos que siempre han caracterizado a trayectoria artística.