Las manifestaciones artísticas ocultan dos historias que avanzan en paralelo: una, la que quiere contar el autor y muestra al público; otra, la que se escribe entre los desvelos del proceso creativo y duerme tranquila hasta que alguien la rescata. En el caso de ‘El exceso de silencio de una luz inesperada’, el cortometraje que José Luis Estévez rueda hasta el martes entre Fondón y Almería, la historia que llegará a la pantalla aborda la relación entre una ciega y un sordo en lo que es una reflexión sobre la capacidad de comunicar(nos). Y la historia escondida es la de su actriz protagonista, que trabaja por primera vez en la tierra que vio nacer a sus padres y en la que tantas tardes de verano soñó con estar delante de una cámara.
“Soy una enamorada de Almería, de sus paisajes, de su luz, tan especial y diferente”, asegura Mar Serrano (Barcelona, 1984). “Y no es peloteo, cualquiera que me conozca lo sabe”, apostilla. Y el entusiasmo con el que habla y su enorme sonrisa no dan lugar a dudas. “En cuanto va por la carretera del Cañarete empieza a flipar, como si nunca hubiera venido antes”, apunta Estévez, también presente en la conversación.
Hija de un matrimonio de Albanchez emigrado a Barcelona, Mar tomó contacto con las tablas a los doce años, en la escuela TeatreJoc de su pueblo, Gavá. Y aunque estudió Magisterio y dio clase durante cuatro años, cambió la estabilidad laboral por el zozobrante mundo de la interpretación donde se siente plenamente feliz. “Siempre digo que esto es una carrera de fondo. Hay quien tiene mucha suerte pero quien llega a vivir de esto, que es mi sueño, es quien aguanta”.
Y de momento no le ha ido nada mal. En 2010 se trasladó a Madrid para continuar su formación y ya ha probado el teatro (recientemente con ‘Afrodisíaco’, en el Teatro Arenal), un medio que considera “mágico”; la televisión (‘Amar en tiempos revueltos’, ‘Hospital Central’, ‘Raphael’) y el cine en formato corto. Ahora, su personaje en ‘El exceso de silencio de una luz inesperada’ supone un nuevo paso adelante. “Hacer de invidente es un reto y más como quiere rodarlo José Luis”, cuenta ante la hamburguesa Scondite, tapa estrella de un agradable establecimiento donde creatividad y buena cocina se dan la mano.
Mar Serrano lleva diez días en Almería preparando el papel. Aprendiendo lengua de signos. Trabajando la mirada. “Estoy conociendo un universo nuevo pero esto es algo más profundo que la historia entre una ciega y un sordo. El corto habla de la capacidad de comunicarse, de que cuando fluye y existe la comunicación es más una cuestión de conexión que de palabras”. Por eso está moldeando con pausada delicadeza la actitud vital, y vitalista, de esa chica llamada Eileen. “No es tanto la construcción del personaje sino lo que desprende, su esencia. Me estoy impregnando de buen rollo, esa calma me está ayudando más que nada”.
Habla del corto con una pasión contagiosa, con una energía que manda al exilio cualquier atisbo de bajonazo que haya existido en el pasado. “Está siendo un regalo, de verdad, porque no es fácil encontrar un proyecto interesante que te motive. Estoy en el sitio que más me gusta haciendo lo que más me gusta, rodeada de gente joven con muchas ganas, con inquietudes. En algún momento he imaginado, he querido, he pedido esto”, confiesa. Así que toca darlo todo, echar el resto, saltar al vacío sin red. “Tengo un nivel de autoexigencia muy alto, lo que es también un arma de doble filo. Además soy muy entusiasta y muy pasional, lo que tiene su lado bueno y su lado malo, aunque tal y como están las cosas creo que es una virtud”.
Cuando regrese a Madrid quiere probar con el microteatro, un género en auge. También planea desarrollar con unas amigas un proyecto sobre la figura de Lorca que aúne varias disciplinas artísticas. “Soy una actriz que no paro, no me quedo en casa por que no me llamen. Son tiempos de crear, de sembrar, de inventarse lo que no hay: los frutos acabarán llegando y surgirán proyectos, pequeños regalitos como éste”. Todo un mar de optimismo, una historia que comienza a escribirse hoy mismo con un guiño al futuro.
Conexión Almería
Para escoger a la actriz que diera vida a Eileen, José Luis Estévez realizó un casting en Madrid que no dio sus frutos. Fue otro cortometrajista almeriense, Luis Francisco Pérez (‘En la próxima parada’), quien le descubrió a Mar Serrano. La barcelonesa está muy feliz por poder trabajar en Almería. “Mis mejores recuerdos están ligados a Albanchez, el pueblo de mis padres, y a Aguadulce, donde paso los veranos”.
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