El CAMA inaugura una muestra antológica de Antonio López Díaz

El CAMA inaugura una muestra antológica de Antonio López Díaz

Guillermo Fuertes
23:07 • 25 abr. 2013

Antonio López Díaz sigue metiéndose cada día en su estudio de la calle Jesús de Perceval, a escasos metros de la casa y el taller donde trabajó tanto tiempo como ayudante del fundador del Movimiento Indaliano. Por mal o bien que se encuentre, allí realmente es feliz, entre sus lienzos y bocetos, sus botes de pintura y esculturas. Allí recuerda, aunque sea por un momento cada día, que está satisfecho con la vida, pues siempre ha podido vivir del arte, de su verdadera pasión.


Él y Francisco Alcaraz son los últimos fundadores vivos de aquél Movimiento Indaliano que surgió de la mente de Perceval y revolucionó el dormido panorama cultural almeriense (y de más allá, llegando incluso a Madrid) de la posguerra. De modo que la exposición que se inauguró ayer el Centro de Arte Museo de Almería, de algún modo puede ser vista como otro destello de aquella eclosión, otra reafirmación del mejor arte que se ha hecho, y hace, en Almería.


Obras de todas las etapas




Se llama ‘Sol sobre los años’, y fue inaugurada en la noche de ayer en el CAMA (donde podrá ser visitada hasta el 16 de junio), con la presencia del concejal de Cultura, Ramón Fernández-Pacheco, el director del centro, José Luis López Bretones, y el propio artista.


Mas que retrospectiva, la exposición es antológica. En ella hay obras de casi todas sus etapas, desde la figurativa inicial hasta la más reciente, abstracta. Pinturas, bocetos y esculturas... Un amplio abanico de formatos y técnicas a través de las cuales se puede seguir la labor de un hombre al que, básicamente, siempre le ha gustado el arte, la creación. Desde que siendo niño sus hermanas le regalaron una caja de ceras de colores, hasta ayer mismo, cuando pinta ya con el color casi puro, intentando texturas y formas que evocan directamente a unas ideas que antes buscaba en la pincelada más reposada, la mirada en un retrato, la pose en una escultura.




Y el color. López Díaz es un pintor del color. Lo utiliza, lo moldea, lo muestra. Pinta con él, ilumina con una luz que se hace presente a través de los colores en los que se refleja en cada objeto, en los rostros de los calmados personajes que casi siempre miran al espectador a los ojos.


Amigos y familiares




López Díaz es de Alhama, y en los años 50 del pasado siglo emigró a Brasil. Desde entonces su vida, y la de su familia, ha transcurrido a caballo entre ambos mundos. Allí volvió a abrirse un camino en el arte con la fuerza de su talento, pero aquí tiene sus raíces y formó parte de un grupo con el que entró en los libros.


De modo que ayer, en la inauguración de la muestra, congregó a muchos familiares, pero también a una buena cantidad de amigos. Había pintores, escultores, escritores, conocidos de aquella época de su juventud que ahora reencontraban aquellos trazos conocidos de su pintura en una exposición que Almería ya le debía a este pintor genuinamente indaliano.


En las palabras iniciales, López Díaz contó varias anécdotas e hizo reír a todos, pero enseguida invitó a ver los cuadros y las esculturas. “Después me dicen si les han gustado”, añadió, sonriendo,. Pues con toda una vida dedicada al arte, sabe que la obra se defiende por sí misma, y es ella la que hace al artista.



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