Pablo Alborán mantiene su idilio con Almería en el estreno de su gira

Se apagan las luces. Una legión de fans ruge en un estruendo que sólo puede significar una cosa, Pablo Alborán está a punto de salir al escenario. Un juego de luces casi mágico lo ilumina y, de repente, aparece. Viste vaqueros y camisa blanca. Luce la habitual barba de varios días y un pequeño tupé. Es el de siempre, pero trae un aire renovado. El del que lleva toda una vida esperando esta gira y, por fin, recoge los frutos del trabajo bien hecho.

El cantautor, nacido en Málaga en 1989, abrió anoche su tour nacional, ‘Tanto 2013’, en el Palacio de los Juegos Mediterráneos de la capital. Con una acústica que fue mejorando a medida que avanzó el directo, empezó interpretando los temas de su segundo álbum de estudio ‘Toda la noche’, ‘Deshidratándome’ y ‘Me iré’.

“¡Buenas noches, Almería!”, exclamó. Y su público se deshizo en gritos en señal de respuesta. “Me alegra volver a veros”, añadió, antes de confesarse un incondicional de las playas de esta tierra.

‘No te olvidaré’, incluida en el disco ‘En acústico’ del artista malagueño, dio paso a ‘Yo no lo sabía’, ‘Caramelo’ y ‘Dónde está el amor’. “Tengo algo especial con Almería”, expresó después. Y el Palacio del Mediterráneo se vino arriba.

Líneas colapsadas

La pista más o menos llena, y la grada, prácticamente lo mismo, se adivinaba como un gusano de luz en el que nadie desaprovechaba la oportunidad de grabar un video, hacer una foto o llamar a un ser querido. Tanto fue así que las líneas llegaron a colapsarse y dejaron de funcionar por momentos.

Más tarde, entonó sus temas más conocidos, convertidos en auténticos himnos coreados por la multitud. ‘Tanto’, ‘Te he echado de menos y ‘Perdóname’, entre otros.

Los momentos emotivos fueron muchos, como la interpretación de ‘La vie en rose’ en francés haciendo un guiño a sus orígenes, la dedicatoria a su familia que se encontraba en el recinto o ‘Solamente tú’, solo al piano. También hubo bises y presentó a la banda, entre los que hay un músico almeriense, Antonio de Haro, que recibió el aplauso de sus paisanos.

Ha llovido mucho de aquel Alborán que se grababa cantando en casa y lo subía a Internet. Ha llovido mucho de aquel Alborán que filmó su primer videoclip en el Teatro Apolo. Ha llovido mucho de aquello, pero en el fondo todo sigue igual. Él sigue siendo igual.

Las primeras de la cola

Ana María Carmona, Cristina González y Eva García, de Granada y Jaén, fueron las primeras en ponerse en la cola que se formó en las inmediaciones del Palacio de los Juegos Mediterráneos de la capital. “Llegamos en torno a las seis de la tarde del jueves. Somos muy fans de Alborán y no queríamos perdernos el inicio de gira. Si podemos permitírnoslo económicamente, lo seguiremos por otras ciudades, a menos que nos subvencionen”, bromearon a LA VOZ.

Este grupo y el resto que fueron llegando en las horas previas al concierto combatieron primero el frío de la noche y después el viento y las lluvias esporádicas de la mañana y la tarde con sacos de dormir, comida, mantas, café y, sobre todo, evocando historias sobre su ídolo. “Lo hemos conocido y ha sido súper bonito. Siempre está pendiente de nosotras y es muy agradecido y simpático”, dijeron.