El humor hacia atrás de ‘El manual de la buena esposa’

‘El manual de la buena esposa’ llegó el pasado domingo al Teatro Auditorio de El Ejido avalado por el reguero del éxito. Y así también, triunfó en el escenario ejidense con su propuesta eficacísima de humor con mirada hacia atrás.

La pieza gustó, seguramente, por la agilidad de la acción y la desenvuelta energía de las tres actrices que desparraman por el escenario sus dotes cómicas con generosidad. Llum Barrera, Mariola Fuentes y Concha Delgado  juegan con sus personajes en un tono desenfadado y directo, evitando siempre complicar las cosas con el dramatismo que esconden las situaciones de referencia. Interpretan, cantan e incluso bailan al final haciendo las delicias de la audiencia.

La obra enlaza una serie de cuadros que se corresponden con los aspectos ampliamente criticados del papel de la mujer española durante la dictadura, al tiempo que van enlazando periodos diferentes hasta llegar a los últimos coletazos del franquismo. La dirección, a cargo de Quino Falero, maneja los tiempos y dosifica los momentos de más comicidad con acierto, garantizando una agradable experiencia a lo largo de toda la representación.

Bien interpretado y bien dirigido, el espectáculo se sobrepone con facilidad a ciertas carencias, en un argumento que concatena una serie de guiones de autores diferentes, ninguno de los cuales llega más allá del tópico recurrente.

‘El manual de la buena esposa’ parece escrito hace treinta años, cuando se comenzaron a revisar los caducos conceptos del nacionalcatolicismo sobre la mujer desde el apresurado análisis de la Transición. Se hizo ya en España mucho teatro sobre este tema y, sin que se pueda considerar agotado, lo cierto es que existen actualmente claves más interesantes para abordar el drama femenino en la historia reciente de España. Incluso, para convertirlas en comedia. 

Claro, que a lo mejor esta producción sólo se pretendía hacer reír un poco, dejando las reflexiones para otro día.