Tan dulce en el trato como racial sobre el escenario, Sara Baras (San Fernando, Cádiz, 1971) cerrará el próximo viernes el III Festival de Danza Almería 2013 con su espectáculo ‘La Pepa’ en la Plaza Vieja de la capital.
La representación de ‘La Pepa’ en Almería se incluye en una larga gira. ¿Cómo ha evolucionado el espectáculo a lo largo de tantas funciones?
Este espectáculo empezó muy bien. Tuvimos mucho tiempo de montaje y de ensayos, ya que supuso mi vuelta a los escenarios después de dos años. No nos esperábamos que creciera más y, sin embargo, es verdad que el hecho de cambiar de espacio, de público, de costumbres y de todo hace que la obra coja un sentido más claro. Y ahora está en un momento precioso. Es un espectáculo muy alegre y colorido y hoy en día eso se valora. Esto hace que lo disfrutemos mucho y que crezca más todavía. Nosotros decimos que está en un momento bestial y redondito, redondito. El hecho de disfrutar siempre al hacerlo hace que se contagie a todo el mundo y eso se nota. Va a llegar a Almería en un momento precioso.
¿Para usted cada función es diferente?
Sí, es diferente. Es verdad que el hecho de jarte llevar por lo que sientes -por supuesto que hay un trabajo y hay una técnica-, pero llega un nivel que lo importante es pararlo y poder expresarte desde dentro. Y eso siempre hace que todo cambie. Para mí cada función y cada momento en el escenario es distinto y después de haber sido mamá todavía lo valoro más. Es especial. Es el único momento del día en el que nos separamos del peque y eso hace que no nos distraigamos ni un segundo y vayamos a por todas. El personaje principal es alegórico -decimos que es la voz del pueblo- y tiene mucha cercanía. Es muy natural. Y eso contribuye a que cada vez sea distinta.
¿La maternidad la ha cambiado como artista?
Sí, por supuesto. Y mucho. Yo al principio tenía miedo porque no conocía la vida sin bailar y estar dos años sin hacerlo me causaba temor. Temía que me desapareciera la fuerza o la velocidad con la que paré. Porque la compañía y yo personalmente estábamos en un nivel muy alto. Y sin embargo el hecho de sentir y de vivir la maternidad de una manera tan positiva creo que es lo más grande que me ha pasado.
¿Considera que ahora baila mejor?
Ha variado mi forma de sentir el escenario, de expresarme, de bailar y de pisar las tablas desde otro lugar. La escala de valores parece que te cambia. Y yo humildemente creo que ahora bailo mejor que antes. Por lo menos yo me siento mejor.
Actúa en el marco del Festival de Danza de Almería, en el que además Antonio Canales va a impartir un curso. ¿Tiene alguna vivencia especial relacionada con esta tierra?
Claro, yo bailo allí desde siempre. Incluso antes de tener compañía. Tengo muy buenos amigos y momentos muy especiales, no sólo con Tomatito. También con Niño Josele. Recuerdo el cariño y las noches tan bonitas que he pasado allí.
¿Y el público almeriense?
Me encanta el público de Almería, porque considero que es muy flamenco y muy agradecido. Por lo menos yo las noches que he estado ahí la entrega ha sido preciosa y por eso me apetece mucho ir y llevar nuestra ‘Pepa’, que es como un puñaito de energía buena. Compartirla allí creo que será, si Dios quiere, una noche preciosa. También por actuar al aire libre.
El espectáculo está inspirado en un momento en el que el pueblo español sufrió dificultades y supo sobreponerse a ellas. Ahora mismo vivimos una situación parecida, especialmente en Cádiz, su tierra, que tiene la tasa de paro más alta del país. A la hora de bailar, ¿trata de inyectar optimismo y mostrar que se puede salir fortalecido de una circunstancia como ésta?
Totalmente. Mejor no lo podría decir. Es verdad que esta ‘Pepa’ conserva la admiración profunda que sentimos cuando la estábamos preparando e investigando. Una de las cosas que más nos llamaba la atención era el carácter de la gente de Cádiz, de la gente del pueblo. Dicen que en la Guerra de la Independencia sufrían mucho dolor y las mujeres gaditanas eran capaces de emborrachar a los franceses con su baile y su belleza para que no atacaran. Y era buscando ese momento lleno de esperanza y de ‘alegría’ dentro de todo el sufrimiento. Nos llamaba mucho la atención cómo la gente era capaz de buscar algo positivo en una situación tan horrorosa. Hoy en día pasamos por un momento muy feo y el ir al teatro y salir a las dos horas con una sonrisa es algo que yo siempre digo que no está pagado para nosotros. La gente sale de ‘La Pepa’ con una sonrisa. Con la alegría y la esperanza, en el caso del texto de firmar la libertad. Esperaban sentir la libertad y la cantidad de artículos importantes de esa Constitución.
Entonces reconoce que existen paralelismos.
Es verdad que hay paralelismos entre esa época y ésta. Nosotros, por supuesto, humildemente intentamos transmitir esa alegría y esa esperanza de que las cosas irán a mejor. Eso sin ponernos en el lugar de esa cantidad de gente que está sufriendo muy duramente esta crisis, pero sí tratando de transmitir un poquito de optimismo.
¿Está pensando ya en un nuevo proyecto para después de ‘La Pepa’?
Estamos con proyectos muy bonitos, dos distintos. Uno sobre el aniversario del nacimiento y la muerte de Carmen Amaya y seguimos con ‘La Pepa’. Yo digo que estamos ‘empepaos’. El año que viene tenemos la temporada de Madrid y ahora también la gira de verano es muy bonita. Ya hay en mente cosas, pero no hay nada claro. Desde que estrenamos ‘La Pepa’ hay muchas ganas de bailar y de hacer y la compañía está en un momento muy bueno. Estamos ahí dándole vueltas a ver qué se nos ocurre.
El listón está alto.
Es muy importante ser valientes, como siempre lo hemos sido, pero lo hacemos sobre todo porque tenemos muchas ganas.
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