Monteagud recuperará su histórica ermita a los 77 años

Monteagud recuperará su histórica ermita a los 77 años

Guillermo Fuertes
23:21 • 13 sept. 2013
El de ayer fue, sin duda, un día para la Historia. “Tiene la importancia de cumplir un profundo anhelo de toda la población del entorno”, afirmó el obispo de Almería, Adolfo González Montes, “pero también de los miles de peregrinos que a lo largo de los siglos han venido para encontrarse con la santísima Virgen, y colocarse ante esta imagen tan entrañable y querida, que no es más que un signo visible de la realidad espiritual del Cielo, de la Virgen madre del Señor”.   Al filo de las doce de la mañana, el obispo había arribado al santuario dedicado a la Virgen de la Cabeza en el cerro de Monteagud. Tras rezar en solitario ante la imagen por unos momentos González Montes se había reunido en la explanada del lugar con el nutrido grupo de personas que lo esperaban.
Además de varios feligreses, y algunos de los primeros peregrinos que comenzaban a ‘hacer el cerro’, se encontraban allí los alcaldes de Benizalón (a cuyo término municipal pertenece el santuario), Tabernas, Benitagla, Alcudia de Monteagud, Tahal, Lucainena de las Torres, Turrillas, Los Gallardos, Bédar, Albanchez, Sorbas y Lubrín.   Tradición   El acto que los congregaba estaba revestido de significados, y tradición: la bendición y colocación de la primera piedra de la nueva ermita que se construirá en el lugar, para sustituir el actual camarín. Una construcción que recordará a la antigua ermita que allí existía, destruida en la Guerra Civil y luego, tras años de deterioro, finalmente demolida en 1959.   En lo alto del cerro hacía fresco, y el cielo se dejaba entrever tras las nubes. Acompañado por el rector del santuario, Francisco Martínez Botella, y por los párrocos de varios de los pueblos cercanos, el obispo roció el agua bendita sobre la caja de metacrilato que quedó encerrada en la urna. En su interior, junto a la prensa del día, monedas e imágenes de la Virgen de la cabeza, se colocó también el acta de la ceremonia.
Mientras todos cantaban salves, el alcade de Benizalón, Emilio Cid Alonso, colocó la urna en el agujero excavado en el suelo, y todos esparcieron una paletada de cemento sobre ella. Para concluir, González Montes ofició una misa en el altar del santuario.






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