Un reencuentro de amigos albojenses que vuelven a verse después de 52 años

El comienzo del mes de septiembre es sinónimo de reencuentro. En Albox, cientos de niños se han vuelto a encontrar estos días en la regreso a clase. Jóvenes que vuelven al instituto encarando nuevos retos académicos... Pero en este pueblo ha habido un reencuentro en los últimos días que escapa a lo cotidiano. Una veintena de amigos y compañeros de clase han vuelto a ver este septiembre tras 52 años sin reunirse.

Las caras han cambiado aunque se reconocen como si fueran familia y se saludan tal y como lo hacían más de medio siglo atrás. Venidos desde ciudades como Ibiza, Avilés o Sevilla, muchos compañeros de curso en el Bachiller de 1961 y sobre todo amigos, han organizado unas jornadas de convivencia en las que han vuelto a rememorar tiempos pasados vividos juntos.

Actividades

Esta quedada tan esperada comenzó con los albojenses que actualmente habitan en las ciudades más distantes del país con respecto a Albox. En Barcelona se reencontraron los primeros amigos. Un grupo que se fue ampliando cuando viajaron a Sevilla, posteriormente a Almería y, por último, al municipio albojense, donde les esperaban el resto de compañeros y compañeras de viaje que, al contrario que los recién llegados, siguieron haciendo su vida en Albox.

El lunes se produjo el encuentro definitivo en el pueblo albojense. Los participantes pudieron por fin abrazar a los mismos amigos con los que, cuando los setenta años parecían lejanos, hacían travesuras por un Albox sin grandes bloques de edificios y que prácticamente no era la mitad de lo que es hoy. “Lo primero que hicimos fue reunirnos en la Plaza de San Francisco”, comenta David Fernández López, uno de los asistentes.

A su lado está Juan Fernández Moreno, que asiente con una sonrisa de oreja a oreja que le ha acompañado durante todo el viaje. “Ha sido una carcajada continua. No hemos parado de reir durante estos días”, explica este albojense afincado en Ibiza desde hace décadas. “Sentíamos cierta nostalgia . Hace 52 años que la gente de este grupo se fue fuera a estudiar, otros a trabajar...”, recuerda David Fernández. Juntos han recorrido lugares donde pasaron algunos de los mejores momentos de su infancia y juventud. La Fuente del Marqués, la cuesta del Salitre, la antigua almazara y fábrica de hielos y la Santa Cruz, entre otros parajes que, como en el caso de la fuente de Los Caños, sólo el agua que cae sigue igual que entonces.

Recuerdos

Ayer, tras la visita ineludible al mercadillo  y la posterior comida, se ponía fin a unos días inolvidables para los que han esperado 52 años. “Todo ha sido muy emotivo. Hemos recordado aquellos tiempos, travesuras, comparaciones con ahora... Antes nos teníamos que llevar al colegio nuestra silla de casa”, rememora Juan Fernández.

Más que la ilusión, hay un aspecto que ha posibilitado más que ningún otro esta cita. “Tenemos  la suerte de que casi todos seguimos vivos, sólo falta una de las mujeres”. Quién sabe si, de seguir disfrutando de esta salud a la que llaman suerte, la vida no les regalará otro gran encuentro.