Seis mesas para hablar de ciencia

En la larguísima y abigarrada historia del Patio de la Plaza Bendicho no se ha conocido, probablemente, una concentración tan numerosa de investigadores y científicos como la que se produjo en la noche del pasado viernes. Sus muros y sus arcos, testigos de tanta intrahistoria, acogieron esta segunda edición de la Noche de los Investigadores a la que asistieron unas doscientas personas.

El interior del vetusto edificio convertido en Casa de Hermandad del Prendimiento estuvo literalmente tomado por investigadores y público interesado en conocer de primera mano lo que se cuece en diferentes escenarios de la ciencia hecha en Almería, sin la rigidez de los actos académicos ni la distancia que comúnmente existe entre la Ciencia y la Sociedad.

Por segundo año consecutivo, la Universidad de Almería, a través de su Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación del Vicerrectorado de Investigación, Desarrollo e Innovación, ha organizado  esta Noche de los Investigadores, en esta ocasión, conjuntamente con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), en el marco del proyecto andaluz que lidera la Fundación DESQUBRE. 

Poco antes del anochecer se conformaron las cinco mesas redondas de los Centros de Investigación de la UAL, así como la del IFAPA, en una atmósfera de diálogo y divulgación que acabó convirtiéndose en un interesante ejercicio. Probablemente, la elección de los temas en cada una de las mesas influyó de forma notable en el desarrollo del coloquio, ya que no sólo se pusieron sobre el mantel las principales líneas de trabajo de cada Centro, sino que predominó también el debate y la proyección social de las materias que les ocupan.  En el fondo, estos dos propósitos son el fundamento de esta Noche de los Investigadores, que en esta segunda edición dejó abierta la expectativa de una próxima cita con mayores objetivos en cuanto a contenidos y público. 

Los investigadores Manuel Pérez García y José Antonio Sánchez Pérez, ambos del Centro de Investigaciones en Energía Solar, CIESOL, hablaron en una de las mesas de la aplicación de esta energía limpia en el tratamiento de aguas y la producción de frío y calor en procesos industriales. “Para todos este encuentro ha sido muy interesante y sincero, pero necesitamos más divulgación porque hay un gran desconocimiento sobre un tema que tiene un enorme potencial”, señaló Pérez García. En otra mesa, Diego Valera y José Pérez, investigadores del Centro de Investigación en Biotecnología Agroalimentaria defendieron la importancia de la agroalimentación y la tecnología de los invernaderos, el uso eficiente de insumos y recursos naturales, la selección y mejora de variedades vegetales de alto rendimiento, los nuevos métodos de control de plagas, la seguridad alimentaria y la implicación de la Universidad en la sostenibilidad del modelo agrícola de Almería.

En un espacio intimista que fue en su día una de las viviendas más destacadas del Patio, se habló de inmigración, en la mesa que coordinó Francisco Checa, director del  Centro para el Estudio de las Migraciones. Para Checa,  “la inmigración sigue importando a la gente, mucho menos a los políticos, pero debe seguir investigándose sobre ella y la UAL en esto es puntera”.

En otra  mesa, los participantes expresaron la necesidad de enfocar la investigación hacia problemas concretos en materia de cambio global. Así lo contó después Javier Cabello, director del Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global . “Nos piden que la investigación sea aplicada, que sirva para adaptarnos al cambio en el que estamos inmersos”, señaló.

Una experiencia que debería crecer en actividad y público

La Noche de los Investigadores contó  con la presencia del rector de la UAL, Pedro Molina, la delegada de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Adriana Valverde, el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, el vicerrector de Investigación de la UAL, Javier de las Nieves, el vicerrector de Estudiantes y Extensión Universitaria, José Antonio Guerrero, el director de la OTRI de la Universidad, Francisco Egea y otros miembros del equipo de gobierno de la Universidad de Almería.  También participó en esta actividad el secretario general de Agricultura y Alimentación, Jerónimo José Pérez Parra, quien subrayó su estrechos vínculos con el mundo de la investigación almeriense, el cual sigue siendo siendo muy importante en su actual cometido institucional.

IFAPA El IFAPA abordó los distintos aspectos  que diferencian a la agricultura de Almería. Así, se habló de riego y fertilización, de protección de cultivos, de postcosecha,  de la mejora de la tecnología, del control biológico de plagas y de la tecnología de invernaderos. Este asunto, como explicó el director del IFAPA de La Mojonera, José Gabriel López Segura, fue el que sirvió de hilo conductor de todo el encuentro. “Era importante explicar cómo se ha pasado del parral de hace 50 años a los invernaderos de alta tecnología que hay ahora”, afirmó. López valoró también lo positivo de compartir con la Universidad esta experiencia, que habría sido más difícil organizar un viernes por la noche en el Centro del IFAPA en La Mojonera

La Noche de los Investigadores se celebró de forma simultánea en 320 ciudades de 31 países distintos, con el objetivo de propiciar el acercamiento entre ciudadanos e investigadores de un ambiente informal y lúdico.  A tenor del ambiente, la fórmula pareció ser válida para acercarse a dicho objetivo.

En ese parecer coincidieron la mayoría de participantes y asistentes,  algunos de los cuales insistieron en disponer para el año que viene un espacio mayor con el fin de dar cabida a más público y más actividades.

Cuando después de que concluyeran las mesas redondas y las intervenciones  institucionales, el terrao de la Casa de los Puche se convirtió en el mejor escenario para disfrutar del resto de la velada, en una agradable noche perfumada de un elegante jazz ambiental y con las almenas de la Catedral que parecían poder tocarse.