Nació en Linares, se crió en Granada, vivió un año en Almería y estudió en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga. Natalia de Molina, 23 años, brilla en ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’, su primer protagonista en cine.
Tras el pase en San Sebastián, la película ha llegado a las salas. ¿Cómo ha vivido el estreno?
La película ya pertenece al público, así que un poco nerviosilla por ver cómo la reciben. En todos los sitios donde hemos estado la acogida ha sido maravillosa.
¿Conocía la historia real de Juan Carrión o sabía del paso de Lennon por Almería antes de rodar?
Antes de involucrarme en el proyecto no tenía ni idea. Ni siquiera sabía que John Lennon había estado en España, en Almería, rodando una película. También desconocía la existencia de Juan. Ha sido increíble descubrir que ese hombre fuera en busca de Lennon desde Cartagena, en 1966, porque enseñaba inglés con sus canciones, y que él lo recibiera y todo lo que pasó después.
El propio Juan Carrión les visitó durante el rodaje. ¿Cómo es?
El día antes de empezar a rodar íbamos de viaje a Almería e hicimos una parada en Cartagena. Estuvimos comiendo con él, charlando... Nos enseñó todo lo que tenía guardado de aquel viaje. Imagínate: nos mostró las cartas que se escribía con Lennon, fotos del viaje, un diario que escribió mientras estaba en Almería en el que cuenta cómo era la búsqueda de Lennon... Después se pasó un día hacia el final del rodaje y estuvo viendo algunas secuencias. Justo la noche anterior habíamos grabado la canción de ‘Strawberry Fields Forever’; yo cantándola y Javier Cámara a la guitarra, entre nosotros, en ‘petit comité’, no sé si se incluirá en el DVD... David [Trueba] se la puso y le encantó, estaba muy emocionado. Juan decía: “Esta va a ser la mejor secuencia”. Y David contestaba: “No, si esto no sale en la película” (risas). Fue muy entrañable.
¿Cómo es su personaje en el filme? ¿Quién es esa joven que recoge el profesor que encarna Javier Cámara?
Es Belén, una chica de Málaga de 21 años que está pasando por un momento crucial en su vida, algo que no ha buscado y que le viene de sopetón. Empieza la película con mucho miedo, en shock. Su madre la envía a un centro y ella empieza a ver la realidad y decide huir, porque no es lo que quiere. Ella quiere decidir qué hacer y qué no hacer, tener el poder de manejar su vida y no de que se la manejen los demás. En esa huida se encuentra con Antonio (Javier Cámara), quien la recoge y la ayuda. Juntos emprenden un viaje al que luego se incorpora Juanjo (Francesc Colomer). Van a Almería en busca de Lennon y la película cuenta la amistad que surge entre ellos, cómo se ayudan, todo lo que van descubriendo... Los tres crecen con el viaje.
Linares, Granada, Almería, Málaga... Es andaluza por los cuatro costados y esconder su acento en el casting casi le cuesta el papel. ¿Qué pasó?
Es algo que he descubierto después de rodar la película. En las pruebas tienes que hablar un castellano neutro y luego te piden hacer un acento u otro. Hice el casting así porque no tenía ni idea de que el personaje era de Málaga. David dijo que me veía en el papel pero que quería que fuera una actriz andaluza. Aún así, notó un deje en el acento; preguntó si estaban seguros de que era de Madrid y le dijeron que sí. Me llamaron para la siguiente prueba y me dijeron: “Mira, tenemos una duda, no sabemos si eres de Madrid o no”. Y les dije: “Pues soy de ‘Graná”. Me preguntaron si me atrevía a hacer la prueba en andaluz y dije que por supuesto (risas). Gracias a eso, aquí estoy.
Estudió un año en la Escuela de Arte de Almería y también tiene aquí familia. ¿Cuál era su vinculación con la provincia antes de rodar?
Tengo una relación desde que nací; incluso desde antes, desde que mi madre me tenía en su barriga. Tenemos familia allí viviendo y los veranos íbamos a Aguadulce. Y todos los días de excursión a Cabo de Gata, a disfrutar de esas maravillosas playas. Cuando mi madre se fue para ayudar a mi tía, me fui con ella e hice segundo de Bachillerato en la Escuela de Arte. Fue el momento de descubrir Almería en invierno.
¿Cómo ha sido volver para trabajar en la película?
Como algo muy familiar. He estado en sitios donde había jugado, donde hacía castillos de arena de pequeña...
Como volver a casa, a su infancia.
Sí. Si el equipo de por sí ya era familiar, no podía haber un lugar mejor que éste.
¿Y qué ha descubierto ahora en Almería?
Esas playas maravillosas, las mejores de España, porque de pequeña no era consciente. Es impresionante la luz que hay, cómo se ve en la pantalla. Los olores. Y la gente, en el equipo había mucha gente de allí. Conocerlos, escuchar sus historias de cuando trabajaban en Las Salinas... Todo eso he descubierto.
Me hablaba del ambiente familiar en el equipo. ¿Se ha sentido arropada?
Sí, muy, muy arropada. De hecho (ríe) me llamaban ‘la niña’, que es como me llaman en mi casa. Me he sentido como una princesita. El ambiente además era de amor al cine: son personas que aman el cine, que lo viven, que se dejan todo por lo que están haciendo porque creen en lo que están haciendo.
Javier Cámara y David Trueba. ¿Qué ha aprendido de ellos?
Todo. Javier Cámara ha sido mi maestro. Lleva muchísimo tiempo en esto, lo hace muy bien y es un profesional increíble. Además, es muy divertido y generoso. Y David es muy tranquilo, muy sencillo, con las cosas muy claras. Solamente tienes que dejarte guiar. Le encanta la sutileza, los detalles. Me ha dado la oportunidad de mi vida, me llevo muchísimo de él.
¿La buena acogida en San Sebastián ha hecho que suene el teléfono?
Aún no. El próximo fin de semana voy a rodar un cortometraje, ‘Pase privado’, de Nacho López, con Gorka Otxoa. Y el 22 de noviembre se estrena otra película que hice antes, ‘Temporal’, de Catxo López, donde tengo un personaje muy pequeñito.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/50389/natalia-de-molina-rodar-en-almeria-ha-sido-volver-a-mi-infancia-no-podia-haber-un-lugar-mejor