“No sabía que existían los exorcismos antes de hacer la película”

Cuando participó en ‘El exorcista’, en el año 1973, Max von Sydow ya era un reputado actor europeo gracias a su trabajo con Ingmar Bergman (‘El séptimo sello’, ‘Fresas salvajes’, ‘El manantial de la doncella’) que había puesto un pie en Hollywood encarnando a Jesús en ‘La historia más grande jamás contada’. Sin embargo, el enorme éxito mundial de la película de William Friedkin, donde daba vida al Padre Merrin, le convirtió en una gran estrella internacional.

“No sé si cambió algo pero sí fue un papel muy importante en una película muy importante”, explica en una entrevista concedida a LA VOZ DE ALMERÍA.

Von Sydow asegura que antes de embarcarse en este proyecto “desconocía” incluso que “existieran exorcismos” pero que lograron material sobre prácticas similares realizadas en Italia en la misma época.

“Es una película, sin duda,  muy bien realizada. William Friedkin es un director muy competente y el filme era técnicamente muy complicado en muchos aspectos. Por ejemplo, en la habitación donde estaba la niña la temperatura siempre tenía que estar muy baja para que se pudiera ver el vaho. Así que todo el set tenía que estar refrigerado y una vez que habían conseguido la temperatura adecuada había que colocar las luces y empezar a rodar. Después de dos o tres tomas, la temperatura volvía a subir, por lo que había que parar y volver a bajar la temperatura, y así una y otra vez. Era un proceso muy lento”, recuerda.

El actor asegura que ‘El exorcista’ está narrada “de forma brillante”, ya que al principio todo parece muy normal y “poco a poco, muy lentamente” las cosas empiezan a cambiar, “de forma muy creíble”.

¿Y fue una experiencia tan aterradora de rodar como lo es para los espectadores, que la han encumbrado como uno de los grandes títulos del género? “Para nada”, sentencia con una sonrisa.

A lo largo de su carrera, Max von Sydow ha alternado el cine de autor con grandes producciones de Hollywood, con una especial querencia al fantástico, con títulos como ‘Minority Report’ o ‘Flash Gordon’. “Ésta en concreto fue muy divertida de rodar, porque de niño me encantaban los cómics. Conocía al productor, Dino De Laurentiis, y  sabía lo que quería. Me lo pasé muy bien haciéndola”, cuenta.