En apenas unos minutos, Manuel, director del casting infantil, y Juanjo, productor ejecutivo de ‘Sonrisas y Lágrimas’, captan la ‘estrella’ en niños de entre 4 y 12 años. “Ojalá tuviéramos una hora para cada uno”, sueña el segundo de ellos, “cualquier casting es injusto, es muy difícil valorar en tan poco tiempo”.
Pero la premura es parte de la diversión. A las puertas del auditorio de la Escuela Municipal de Música de El Parador espera una docena de niños con sus padres. Muchos de ellos son alumnos del centro animados por sus profesores, los únicos al parecer que conocían la celebración de las pruebas. El espectáculo llega al municipio a finales de marzo y se buscan tres niños para dar vida a los hermanos más pequeños de la familia Von Trapp: Kurt, Marta y Grettel.
Por toda España
Carlos Felices es uno de los pocos chicos que llegan al casting. Tiene diez años y estudia en el colegio Portocarrera. Su madre y su hermana pertenecen a un grupo de teatro y se ha animado a seguir sus pasos. “Mi madre dice que soy muy antarín”, confiesa. Sobre el escenario, es invitado a saludar, a cantar y a proyectar su voz sobre el patio de butacas.
“En todas las ciudades tenemos una buena acogida, pero cambia mucho el perfil de quienes se presentan de una a otra”, revela Juanjo. Por ejemplo, “en Pamplona y el País Vasco, por aquello de la tradición de los orfeones, hemos visto muchos más niños que niñas”. En toda España, han pasado por las pruebas más de dos mil niños. Y de ellos, doscientos han llegado a formar parte del elenco de ‘Sonrisas y Lágrimas’. Además de por cuestión legal -la ley impide a un niño viajar en una gira-, la búsqueda de actores para cada actuación consigue la implicación de los que serán sus espectadores, de forma que se crea una nueva ilusión en torno al musical.
En El Parador, se inscribieron unos sesenta niños, “aunque con la llegada de otros a última hora, llegaremos a ver unos noventa”, aventuraba el productor ejecutivo. La mayoría optaba al papel de Marta, que en el largometraje de Robert Wise tiene siete años.
Formación
Entre ellos, se elegirán cuatro o cinco para cada personaje. “Con ellos realizamos después un taller intensivo de teatro”, explica el productor. El equipo creativo del musical prepara ejercicios para conocer con mayor detalle cómo se desenvuelven los pequeños. “Además de la prueba, luego se comprueba que sea un niño constante, por ejemplo”, comenta.
Según su experiencia, se dan más casos de lo contrario: niños que en el casting estuvieron más vergonzosos y que tras el taller multiplican su potencial. “Los padres alucinan al ver lo que sus hijos llegan a hacer”, ríe el productor, para quien “todos los niños lo llevan dentro, pero en ‘Sonrisas y Lágrimas’ necesitamos a los sean más rápidos”.
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