El Gobierno andaluz declara Lugar de Memoria Histórica los Refugios de la Guerra Civil

Los espacios incluyen 34 enclaves representativos de la represión franquista en las ocho provincias andaluzas

La Voz de Almería
14:37 • 27 dic. 2013

El Consejo de Gobierno ha aprobado la declaración de 34 Lugares de Memoria Histórica en las ocho provincias andaluzas, de acuerdo con el decreto autonómico de agosto de 2011 que instaura esta figura para recordar los principales emplazamientos de la represión franquista y homenajear a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. Con ellos son ya 50 los espacios de este tipo reconocidos en la comunidad autónoma. En Almería, los Refugios de la Guerra Civil pasan a tener esta consideración especial.

Aparte de los refugios antiaéreos de Almería, los nuevos enclaves declarados son los muros de Puerta de Tierra en la ciudad de Cádiz, el Penal de El Puerto de Santa María, la ‘Fosa de las Mujeres’ de Grazalema y el Valle de la Sauceda de Jimena de la Frontera, en la provincia de Cádiz; las fosas comunes de los cementerios de la Guijarrosa y Santaella, la ruta guerrillera de Los Jubiles en Montoro, el Barranco de la Huesa y la zona de la Batalla de Valsequillo, en la provincia de Córdoba; el Barranco de El Carrizal de Órgiva, la desembocadura del río Guadalfeo en Salobreña, las estructuras defensivas del ‘Cerco de Granada’ y la puerta de la Prisión Provincial, en Granada; la cárcel provincial onubense, las fosas comunes de La Palma del Condado y del cementerio viejo de Almonte, la Isla de Saltés, el Membrillo Bajo en Zalamea la Real y el muro del Parque Moret de la capital, en Huelva; las fosas comunes de los cementerios de Andújar, Martos, Linares y Úbeda, en Jaén; la prisión provincial y la cárcel de mujeres de Málaga, el cementerio de Ronda, las fosas de Istán, Villanueva del Cauche y Teba, en la provincia de Málaga, y La Pañoleta de Camas, el Canal de los Presos, el Parque de los Luchadores por la Libertad de Fuentes de Andalucía y la fosa del cementerio de La Puebla de Cazalla, en Sevilla.

De acuerdo con el decreto regulador de esta figura, la consideración de un emplazamiento como Lugar de Memoria Histórica obliga a la Administración pública titular a garantizar su identificación, señalización, preservación y, en el caso de que experimente alguna transformación de importancia, a mantener una huella o registro permanente que sirva para recordar los hechos relacionados con el sitio. Cuando la propiedad es privada, la Junta fomenta la firma de acuerdos con las personas y entidades titulares.

Los Lugares de Memoria Histórica se inscriben en un catálogo específico de carácter público que contiene la documentación de cada emplazamiento y la adicional que se pueda generar y sea de utilidad para estudios e investigaciones.

La declaración, que corresponde al Consejo de Gobierno, conlleva un informe exhaustivo con documentación sobre el lugar, su evolución histórica y la narración de los hechos que motivan su reconocimiento con los datos sobre las personas e instituciones que se vieron involucradas.

Grupo de expertos
El inicio del procedimiento es competencia de la Dirección General de Memoria Democrática, dependiente de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institu-cionales. El proceso se prolonga durante seis meses y cuenta con el apoyo de un grupo de seis expertos, coordinados por la persona titular de la citada dirección general. Tres de ellos representan a las asociaciones y colectivos memorialistas de la comunidad autónoma y los otros tres al Consejo Andaluz de Universidades.

Los 34 Lugares de Memoria Histórica declarados hoy forman parte de un conjunto de 61 propuestas realizadas por ayuntamientos, diputaciones provinciales y asociaciones. Las 27 restantes continúan en fase de estudio.

Estos nuevos enclaves se suman a los 16 ya declarados en Andalucía: el monumento a los asesinados en el Campo de Concentración de Mauthausen y la antigua cárcel del Ingenio, en Almería; el Castillo de San Sebastián, en Cádiz; la fosa común del Cortijo El Marrufo, en Jerez de la Frontera (Cádiz); los Muros de la Memoria en los cementerios de la Salud y de San Rafael, en Córdoba; las tapias del cementerio de Granada y la carretera entre los municipios granadinos de Víznar y Alfacar; la fosa común del cementerio de Nerva (Huelva); el refugio antiaéreo de Jaén y los vestigios de la Batalla de Lopera en este municipio jiennense; la carretera Málaga-Almería y el cementerio de San Rafael de Málaga, y las antiguas cárcel de la Ranilla y Comisaría de Investigación y Vigilancia de la calle Jesús del Gran Poder, en Sevilla, así como la Casa de Blas Infante en Coria del Río y el lugar de su fusilamiento en el kilómetro 4 de la antigua Carretera de Carmona, en el término municipal hispalense.

Los refugios antiaéreos de Almería
Los refugios antiaéreos de Almería conforman una red de galerías subterráneas para proteger de los bombardeos a los habitantes de la ciudad. Su construcción, que se prolongó desde febrero de 1937 a la primavera de 1938, fue impulsada fundamentalmente por las autoridades republicanas. Con 4,5 kilómetros de galerías y 67 accesos, los refugios tenían capacidad para albergar a más de 34.000 personas (más de la mitad de la población total de Almería durante la guerra). La red se distribuye bajo dos patrones: el de pequeñas estructuras independientes localizadas en puntos estratégicos y el de una gran galería que recorría el subsuelo del Paseo de Almería, en perpendicular al mar.







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